De la Redacción de TV Sana

Hace algunas semanas, se presentó en la Universidad Católica Argentina y la Fundación Navarro Viola, el informe del Barómetro de la Deuda Social, trabajo que puso la lupa sobre la población de edad más avanzada, y entre otros aspectos, se analizó la autosatisfacción con la propia vida. Y de acuerdo con los resultados obtenidos, puede afirmarse que el 84, 6 % de los argentinos mayores de 60 años, se definen como personas felices. Un dato que sorprendió a los encargados del estudio, ya que esperaban que el porcentaje de gente feliz, pasadas las seis décadas de vida, no fuese tan alto.

Para llegar a esta conclusión, se analizaron las respuestas de unas 600 personas durante las encuestas de monitoreo realizadas entre 2010 y 2013. ¿Quiénes son los más felices? Entre quienes dieron esta respuesta, se identificaron tres grupos: el primero, el perteneciente a los círculos sociales más altos; el segundo, el que se percibía como personas sanas; y el tercero, aquellos que viven en sus casas con personas de su misma edad, es decir con su pareja.

¿Influyó la edad? A juzgar por los resultados, el proceso de envejecimiento incide directamente en el aumento de la infelicidad en la población. No obstante esta afirmación, los investigadores encontraron que tiene un declinar mucho más leve que el que podría imaginarse: entre los mayores de 60 años, hay personas un 8 % más hombres y mujeres infelices que entre aquellos que tienen entre 18 y 35 años.

De acuerdo con el estudio, a medida que transcurren los años, las personas no son más felices, pero, en cambio, alcanzan con mayor frecuencia la llamada paz espiritual. “Una sensación -explica el informe- que aumenta con la edad, como si se tratara de una especie de bonus que se obtiene con el tiempo vivido.”

Otro tema que desarrolla este trabajo es si el dinero hace la felicidad. Y sin caer en el reduccionismo clasista, el trabajo traza una relación directa entre la felicidad y el nivel educativo y socioeconómico del hombre o de la mujer. Y señala que “probablemente el dinero no haga la felicidad, pero la carencia de recursos sí hace a la infelicidad.”