Para entender un poco más a las leucemias

Las células sanguíneas son producidas en la médula ósea. A medida que se dividen y maduran, se transforman en células sanguíneas de diferentes tipos, como plaquetas, glóbulos rojos y blancos. Estos últimos, a su vez, se subdividen en distintos subtipos

Cuando una de las células que va a formar glóbulos blancos cambia y se convierte en una célula de leucemia, ya no madura normalmente. Generalmente, se divide más rápido de lo normal. Las células leucémicas no mueren cuando deberían hacerlo, sino que se acumulan en la médula ósea reemplazando a las normales. En algún momento, éstas salen de la médula ósea y entran al torrente sanguíneo, causando un aumento en el número de glóbulos blancos en la sangre.

Existen diversos tipos, agudas y crónicas. Éstas, a su vez, se subdividen en mieloide o linfoide.

Las agudas, como la leucemia linfoblástica aguda (LLA) o la Leucemia mieloide aguda (LMA), se caracterizan por una progresión rápida y descontrolada, afectando principalmente a las células primitivas o inmaduras, con acumulación de las mismas en la médula ósea y sangre periférica. Estas células inmaduras no pueden llevar a cabo sus funciones normales. Las leucemias agudas requieren un tratamiento de inmediato.

En las leucemias crónicas, como la leucemia mieloide crónica (LMC) y leucemia linfocítica crónica (LLC), el crecimiento de las células es progresivo y más lento, permitiendo la proliferación de mayores cantidades de células más desarrolladas. En general, estas células más maduras pueden desempeñar algunas de sus funciones en forma normal.

·         Leucemia Linfocítica Crónica: representa el 30% de los casos de esta patología.

·         Leucemia Linfoblástica Aguda: más común en menores de 5 (11% de las leucemias).

·         Leucemia Mieloide Crónica: corresponde al 11,5%.

·         Leucemia Mieloide Aguda: la más común de las leucemias en adultos (36%).

·         Otros: corresponde al 11%.

Los síntomas por lo general responden al mal funcionamiento de las células sanguíneas o a la acumulación de células sanguíneas anormales.

Algunos de los síntomas más comunes son:

•             Fiebre

•             Sudoración nocturna

•             Inflamación de ganglios en cuello, axilas o ingle

•             Fatiga persistente

•             Picazón o sarpullido

•             Infecciones frecuentes

•             Dolor en huesos o articulaciones

•             Pérdida de peso

•             Falta de apetito

Dr. Raimundo Bezares – MN 38.925 Jefe de Hematología del Hospital General de Agudos de la Ciudad de Buenos Aires ‘Dr. Teodoro Álvarez’. Docente de Curso para la formación de Médicos Hematólogos de la UNBA

Dr. Miguel A. Pavlovsky – MN 82.212 Médico Hematólogo del Centro de Hematología Pavlovsky. Director Médico y Científico de FUNDALEU (Fundación para Combatir la Leucemia). Médico Hematólogo del Grupo Médico Lomas de San Isidro

Dra. Jennifer R. Brown Médica oncohematóloga, Directora del Centro de Leucemia Linfocítica Crónica del Centro Oncológico Dana-Farber de Boston, EE. UU. Profesora Asociada de Medicina en la Escuela de Medicina de Harvard.

Fernando Piotrowski Director ejecutivo de A.L.M.A. Asociación Leucemia Mieloide Argentina

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