Lo consiguieron un grupo de científicos argentinos y apunta a la producción de nuevas neuronas que reemplacen a las muertas. Un camino que hace un tiempo  explora la ciencia a nivel mundial. 

De la Redacción de TV Sana

El llamado mal de Parkinson es una enfermedad en la cual las neuronas del cerebro se van muriendo progresivamente y la persona afectada puede tener mayores dificultades para controlar la coordinación de sus movimientos. En la actualidad, los médicos utilizan fármacos para atemperar esos síntomas, sin embargo, esto no basta y la ciencia va más allá. La intención es atacar el problema de raíz, es decir, generar nuevas neuronas que reemplacen a las muertas.

El plan ya está en marcha y ahora se ha sumado la Argentina, donde las estadísticas señalan que hay alrededor de 40.000 personas con Parkinson, mediante un descubrimiento conseguido por un grupo de científicos del Instituto Leloir y del Conicet, quienes hallaron una molécula vital para transformar células indiferenciadas en neuronas.

¿Qué hicieron? Dieron con un proceso que ocurre entre el sistema de defensas del organismo y el sistema nervioso, y que provoca la producción de nuevas neuronas a partir del uso de células madre. De este modo el proceso podría permitir, no sólo controlar los síntomas, sino que además, daría la oportunidad de revertir la enfermedad.

La causa generadora de la enfermedad todavía se desconoce. Algunas investigaciones indican que se debe a factores ambientales, como las toxinas, los contaminantes y los plaguicidas que influyen en personas susceptibles genéticamente.

Aún no existe cura para el Parkinson, Sin embargo, mediante los tratamientos vigentes, el paciente puede llevar una vida gratificante y productiva durante muchos años. ¿Y los medicamentos? Sirven para aliviar los síntomas. Que son: lentitud en los movimientos, el temblor en reposo, la rigidez muscular, la dificultad para caminar y problemas para mantener el equilibrio.

También existen unos síntomas secundarios, como la disminución del volumen de la voz, del tamaño de la escritura y del balanceo de los brazos, constipación, aumento de la saliva, depresión y trastornos en el sueño.

Este mal, conocido con el nombre de Parkinson, en referencia a James Parkinson, el médico británico que describió por primera vez la “parálisis agitante”, término que él mismo acuñó, no afecta a todos por igual. Se desarrolla de manera particular en cada persona, y algunas terminan utilizando una silla de ruedas para desplazarse y otras, en cambio, pueden correr con normalidad.