De la Redacción de Tvsana

Una encuesta realizada en Estados Unidos, afirma que las mujeres que están bajo tratamiento, quieren seguir trabajando, porque les hace bien al autoestima, les permite manejar mejor las emociones y porque necesitan el ingreso económico. Las mujeres de nuestro país opinan lo mismo.

El hecho de padecer cáncer de mama, no significa bajar la guardia y entregarse al tratamiento por completo, descuidando la vida cotidiana, el trabajo y las actividades rutinarias. Esta conclusión se desprende de las respuestas brindadas por las argentinas que padecen cáncer de mama y se encuentran bajo tratamiento. La misma opinión que expresaron las mujeres norteamericanas en una encuesta divulgada por estos días, donde se especifica que 77 % de las mujeres de Estados Unidos, que trabajan y padecen esta enfermedad, incluyendo los casos de cáncer metastásico, sienten que trabajar las ayuda en su recuperación.

La doctora Valeria Cáceres, médica oncóloga, Coordinadora de la Unidad Funcional de Tumores Femeninos del Servicio de Oncología del Instituto Ángel Roffo, señaló que “si bien esta enfermedad es más frecuente en la segunda mitad de la vida, actualmente las pacientes con cáncer de mama son en su mayor parte laboralmente activas y además, son  madres. Casi todas desean seguir con su vida habitual y por ello buscan conservar la calidad de vida, además de pretender la curación en los estadios tempranos. “

El cáncer de mama es el tipo de cáncer invasivo más común en la mujer, con 1.7 millones de nuevos casos diagnosticados, por año, en el mundo. En nuestro país, se producen unos 18.000 nuevos casos de cáncer de mama cada doce meses, y se estima que aproximadamente el 30 % de las mujeres diagnosticadas con esta enfermedad en estadio temprano desarrollará en algún momento cáncer metastásico.

“En nuestro país, las mujeres atraviesan por la misma problemática que las de Estados Unidos. Ellas quieren sentirse útiles, continuar la rutina, con una vida lo más ‘normal’ posible; y hacerlo disminuye el riesgo de depresión y les permite sentirse socialmente útiles, inclusive mientras están bajo tratamiento”, agregó la doctora Valeria Cáceres.

Lo mismo sucede con las amas de casa. Si a lo largo de su vida han sido ellas quienes se hicieron cargo de todos los quehaceres hogareños, cuando les toca atravesar por una enfermedad de estas características, en muchos casos, desean continuar llevando las cosas como siempre.

En opinión de Irene Marcet, Presidente de Movimiento Ayuda Cáncer de Mama (MACMA), lo más importante a la hora de evaluar si una continúa trabajando o no durante el tratamiento es “escuchar el propio cuerpo”, dice. Y amplía: “Depende de cada caso, de cada paciente y de la etapa del tratamiento en que se encuentre, pero no sería bueno autoexigirse a mantener determinada actividad laboral si una está agotada tras una sesión de quimioterapia, por ejemplo. No obstante, si la paciente no presenta demasiados efectos adversos, si se siente bien, con energías y su trabajo la hace sentir plena, puede ser muy favorable que quiera conservar su actividad laboral”.

“En la medida que la mujer considere continuar trabajando, es importante que la paciente y el médico tratante conversen y prioricen la calidad de vida y presten atención a los eventos colaterales de la medicación que esté recibiendo. La actividad laboral debe continuarse mientras la paciente lo desee, caso contrario, por ley pueden otorgarse licencias por enfermedad sin detrimento en el salario”, refirió la doctora. Cáceres.

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