Una afección relacionada con los riñones. Su diagnóstico prematuro es vital para su tratamiento y para evitar que derive en complejidades mayores. Se trata con diálisis.

De la Redacción de TV Sana

El síndrome nefrótico (SN) es un trastorno renal provocado por un conjunto de enfermedades, que se caracteriza por un considerable aumento en la permeabilidad de la pared capilar de los glomérulos renales, situación que desemboca en la presencia de elevados niveles de proteína en la orina (proteinuria), niveles bajos de proteína en la sangre (hipoproteinemia o hipoalbuminemia), ascitis y en algunos casos, edema, colesterol alto (hiperlipidemia o hiperlipemia) y una clara predisposición para la coagulación. Este cuadro genera que el paciente sufra la pérdida masiva de esas proteínas mediante la orina y, en consecuencia, el riñón empiece a perder sus funciones básicas y elementales.

Este problema de salud es producto de una lesión glomérulo renal, ya sea de carácter primario o secundario, que altera su capacidad para filtrar las sustancias que transporta la sangre. Los daños causados en el paciente serán de mayor o menor gravedad, según las características de cada uno, por ejemplo, una persona de gran contextura física, puede sufrir peores contratiempos, debido a que los riñones, en este caso, le funcionan de más (le ocurrió al recientemente fallecido jugador de rugby de los All Blacks, Jonah Lomu). Incluso, este inconveniente puede hacer surgir complicaciones en otros órganos y sistemas del cuerpo. Estas complicaciones son llamadas enfermedades asociadas con el síndrome nefrótico y por lo general causan disfunción renal crónica. Sin embargo, en función de la afección y del tipo de lesión, el pronóstico que presentan puede ser bueno, dentro de la dificultad a la que se expone, siempre y cuando se someta a un tratamiento curativo adecuado.

La manera más efectiva de controlar esta afección es mediante sesiones de diálisis (en la Argentina, por ejemplo, hay unas 30.000 personas en esta situación) o bien con un trasplante. Si el cuerpo no rechaza el órgano donado, es posible una notoria mejora en la calidad de vida del paciente, ya que las sesiones de diálisis dejan muy golpeado a quien las recibe.

Los inconvenientes renales, al igual que la hipertensión y la diabetes, son enfermedades ocultas, que no dan grandes señales de estarse gestando. Por esta razón es fundamental poder prevenirlas a tiempo y hacer los necesarios controles anuales.