De la redacción de Tvsana

Las mujeres y los hombres mayores de 60 años conforman el sector poblacional que más ha crecido en la Argentina en una década, entre los últimos censos realizados.

Datos y estadísticas generales, relativas a la población argentina, recogidos por última vez en el censo nacional de 2010, indican que, por ese entonces, vivían unas 129.778 personas con 90 años o más. Si bien la mayor parte de esa gente apenas supera las nueve décadas de vida, la población de 95 años para arriba es la que más creció entre una década y otra. Según los números recopilados, la cantidad de habitantes de 97 años aumentó, entre un censo y el otro, en un 43 %.

Y no sólo aumentó la cantidad de habitantes en esa elevada edad, sino que además, a juicio de los especialistas en el tema, cada vez son más los argentinos que traspasan la barrera de los noventa en “plena actividad” y gozando de buenas condiciones de salud. “No cualquier mujer u hombre alcanza los 90 así nomás, quien llega a esa edad es alguien que ha podido cuidar su vida mejor que el resto. Y eso está vinculado estrechamente con aspectos económicos y el acceso a determinados recursos, pero también se debe a ciertos aspectos de la personalidad y el contexto social y familiar que lo contiene. Aquellos hombres y mujeres que en la edad adulta no se sintieron infelices, prescindibles o solos y tuvieron una red contenedora en su familia, son quienes tienen mayores posibilidades de  llegar a ese momento de la vida adulta y en mejores condiciones”, sostuvo Enrique Amadasi, doctor en sociología y coordinador del capítulo adultos mayores del Barómetro de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), en una entrevista concedida hace unos días al diario La Nación.

Los investigadores hacen hincapié en la manera en que se transita el camino de la vejez o edad adulta. Aquellos que no ejercieron una vejez pasiva, sino que entre los 70 y 90 años se mantuvieron activos, son quienes cuentan con mayores probabilidades de sumarse a ese club de los casi centenarios. “Es necesario desterrar el concepto de que una persona de esa edad avanzada va a padecer un deterioro físico y mental que le permita realizar determinadas actividades, por ejemplo, de carácter intelectual”, destacó un experto en el asunto. En los últimos tiempos (años, ya) la expectativa de vida ha crecido, principalmente, en países donde se dan las mejores condiciones sociales para poder desarrollar la vida en la adultez. Y este es un dato muy interesante a tener en cuenta. Ser longevo no es motivo para que alguien sea descartado o marginado de la sociedad, por el contrario es ser una persona valiosa, experimentada, que sabido acumular sabiduría a los largo de su existencia.