A una mujer le extirparon el apéndice sin anestesia
El curioso episodio, dramático para la paciente de 36 años, ocurrió en un hospital de Inglaterra. La operación terminó exitosamente pero dejó secuelas psicológicas en la mujer, quien fue indemnizada por la mala praxis.
De la redacción de tvsana
El curioso episodio, dramático para la paciente de 36 años, ocurrió en un hospital de Inglaterra. La operación terminó exitosamente pero dejó secuelas psicológicas en la mujer, quien fue indemnizada por la mala praxis.
En el hospital Royal Blackburn de Inglaterra se vivió una situación insólita: una mujer de 36 años, llamada Alexandra Bythell, fue operada de apendicitis sin que se le aplicara ningún tipo de anestesia. Según trascendió, en el momento en el cual el personal médico del hospital, le pidió a la paciente que hiciera la cuenta regresiva, de 10 a 0, posterior a la analgesia, es decir, cuando se produce la pérdida total o parcial de la sensibilidad al dolor, la mujer debió quedarse dormida, pero no como consecuencia de los efectos de los medicamentos suministrados
La despertar en el quirófano, la paciente se encontraba intubada y no podía mover ninguna parte de su cuerpo, el cual había quedado inmovilizado por los fármacos que los médicos le habían inyectados. Alexandra Bythell tampoco conseguía hablar para comunicar su situación, pero si era capaz de escuchar todo lo que le decían los cirujanos.
A los pocos instantes, le tocó vivir el peor momento, el más dramático. Uno de los médicos encargados de llevar adelante la operación, auscultó el abdomen de Bythell y, acto seguido, la paciente sintió un fortísimo pinchazo. Luego, una dosis de morfina la dejó inconsciente hasta que despertó en una habitación del hospital. Le habían extirpado el apéndice con absoluto éxito, pero la situación desesperante dejó secuelas psicológicas en Alexandra, quien fue diagnosticada con estrés postraumático. La paciente intentó explicar a los médicos lo que le había pasado en el quirófano, pero le «dieron vueltas» diciéndole que «eran alucinaciones».
Una vez finalizado el dramático episodio, Alexandra hizo declaraciones para la cadena BBC de televisión y allí confesó que en aquel momento estaba histérica. “Estaba histérica de tanto pánico, pero, a la vez, completamente incapacitada de hacer o decir algo, cualquier cosa. Todo este asunto fue aterrador para mí. Pensé que me iba a morir, que no tenía salida. Pero afortunadamente, todo terminó bien.”
Ni bien se conoció el caso, el Royal Blackburn de Inglaterra, esgrimió un pedido de disculpas y procedió a indemnizar a Alexandra. De todas formas, se defendió de alegando que el relato era fruto de la imaginación de Bythell, y reconoció que hubo un error con la máquina de la anestesia, consistente en no colocar el gas correspondiente.
El caso de Alexandra -que es enfermera psiquiátrica de profesión- es muy poco habitual. La probabilidad de tener un incidente con la anestesia, previa a una intervención es de menos del uno por ciento, una cifra que se reduce aún más si lo que se calcula es la posibilidad de que el paciente se despierte después de haber sido medicado con analgesia. Sin embargo, hay una ínfima minoría que no llega perder completamente la consciencia.
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