Hacerse un tatuaje siempre fue percibido como una decisión de por vida. Quienes no quedaban conformes o por algún motivo ya no querían mostrar un dibujo, nombre o frase sobre la piel, optaban por usar prendas que los escondan o incluso taparlos con una nueva imagen. Sin embargo, ahora existen técnicas muy efectivas para su remoción y el 80% de quienes se arrepienten ya recurren a un método activo para borrar el tatuaje en vez de ocultarlo. Desde el punto de vista médico, hay dos soluciones con alta eficacia: los tratamientos láser y los quirúrgicos.
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La Dra. Soledad E. Rosenfeld, directora de Cirugía Plástica Olivos, explica cuáles son las opciones disponibles, detallando sus contras y ventajas:
• La técnica con láser se practica en consultorio durante aproximadamente 20 minutos por visita y, en general, para remover la totalidad del tatuaje se necesitan entre 8 y 12 sesiones, dependiendo del tamaño y pigmentación del dibujo. Se realiza mensualmente y el tatuaje se va borrando de manera paulatina, aunque hay que tener en cuenta que el color negro es el más fácil de quitar y cuantos más colores tiene la imagen, más difícil es eliminarla. Luego de cada sesión, la zona debe cubrirse con cremas cicatrizantes y papel film.
• Con la técnica quirúrgica, los tatuajes se pueden remover de forma similar a la exéresis de un lunar. En este caso, se utiliza anestesia local y el procedimiento es ambulatorio e indoloro. En general, queda una cicatriz que intenta disimularse en pliegues, arrugas o zonas poco visibles del cuerpo. La ventaja de este método es que la remoción es completa e inmediata y resulta más económico. En este caso, los cuidados post operatorios incluyen aplicar alcohol 2 veces por día y tomar antibióticos y analgésicos, mientras que los puntos comúnmente se reabsorben solos.
• Si el tatuaje es grande, puede precisarse un injerto, que consiste en extraer un pedacito de piel de otro sector del cuerpo y colocarlo en la zona del tatuaje como un “parche”. Otra alternativa es tomar la piel de un colgajo y llevarla hacia el sector del dibujo. Sin embargo, si se trata de un tatuaje de un tamaño muy importante y con muchos colores, médicamente no es recomendable la remoción y se intenta, en cambio, que el paciente se “amigue” con su tatuaje, ya que para quitarlo se requeriría un tratamiento muy costoso y prolongado con resultados desalentadores.
Finalmente, la especialista destaca una recomendación general para quien esté pensando en tatuarse: “Sugerimos que opten por tatuajes chicos, negros y en lugares donde se puedan cubrir, ya que de esta manera en el futuro podrán removerlos sin complicaciones”.
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Fuente: Cirugía Plástica Olivos
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