Padres y Abuelos
¿El rol de los abuelos compite con el desempeñado por los padres o aquellos están para complementar su trabajo?
De la redacción de tvsana
¿El rol de los abuelos compite con el desempeñado por los padres o aquellos están para complementar su trabajo?
Los padres son los padres, y los abuelos, los abuelos, sin embrago, muchas veces -y a pedido-, los abuelos hacen de padres, o de acuerdo con las circunstancias, actúan como tales. Y ahí, los padres, “pierden”. “Pierden” (¿se ven las comillas?), porque el trabajo, o el rol, es distinto. Se trata apenas de un rato (una tarde, una noche, un día, un fin de semana), comparado con todo el tiempo que le dedican los padres. No es un partido de fútbol, sin embargo, se produce cierta “competencia”, de acuerdo con la comparación o el balance del chico o de los chicos (hijos-nietos).
“¿Cómo se portaron los diablitos?”, le pregunta la madre a la abuela, cuando ellos regresan a su casa. “Bárbaro, ¿cómo se van a portar? -responde con una tenue expresión de sorpresa, como si la consulta estuviese fuera de lugar-. Si son unos angelitos.” Entonces la madre ahonda en el interrogatorio, impulsada por leves sospechas de la conocida complicidad abuelos-nietos. “¿Comieron todo?”, dice. “ Si”. “¿El postre también?”, amplía. “Todo.” “¿Hicieron caso? ¿Se pelearon?”, insiste. “No. No se pelearon. Te dije que se portaron bárbaro. Son buenísimos.”
La madre procesa velozmente las respuestas e inmediatamente comprende todo y cambia el tema de conversación. Piensa: “Claro, ellos desempeñan otro rol, y el análisis de la situación parte de prismas diferentes.” Los abuelos, que ya fueron padres, hace tiempo, tienen plena conciencia de que la manera de actuar con los nietos varía de la que escogieron con sus hijos. Y se vuelven sus compinches. Les permiten todo aquello que sus propios hijos tenían vedado. Si saltan arriba de la cama, que lo hagan, se están divirtiendo, el elástico no corre ningún peligro. Si se persiguen por toda la casa o se sacan un juguete, están jugando, no son Tom y Jerry. Si el helado prometido les saca las ganas de terminar los fideos antes de vaciar medio plato, está bien, comieron mucho, no se quedan sin postre o sin invitar amiguitos el próximo viernes.
Uno podría preguntarse: ¿Corresponde esta actitud? ¿Es correcta? ¿Complica el trabajo de los padres? Parecería que no. Hasta los chicos saben que una cosa son los abuelos y otra los padres. Qué las exigencias no son las mismas. Que la soga es más tirante con unos que con otros. Lo captan de inmediato, son muy astutos. Además, los abuelos ya pasaron por esa etapa, y ahora se encuentran en una posición distante y a una edad donde los nietos son la prioridad. Y los consientes, los apañan. Solamente pretenden disfrutarlos a pleno. Aunque este disfrute y esa relación, haga que los padres “pierdan” en el partido. En definitiva, no hay tal competencia, los abuelos vienen a complementar la tarea de los padres.
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