Adictos al celular
La dependencia del pequeño aparato genera una adicción con un elevado costo a pagar. Y a pesar de los beneficios de la tecnología, no todos están dispuestos a pagarlo. Hace falta fuerza de voluntad para superar la situación.
La dependencia del pequeño aparato genera una adicción con un elevado costo a pagar. Y a pesar de los beneficios de la tecnología, no todos están dispuestos a pagarlo. Hace falta fuerza de voluntad para superar la situación.
De la Redacción de TV Sana
La dependencia del celular se ha vuelto una adicción para mucha gente. Y no es exagerado decir “mucha gente”, ya que una encuesta realizada hace poco tiempo por el Bank of America, indica que una tercera parte de los encuestados aseguró que chequeaba constantemente sus teléfonos inteligentes, para ver llamadas, constatar avisos de mensajes, de WhatsApp o recepción de mails o tweets. Y poco más de las dos terceras partes de los consultados confesó acostarse a dormir por las noches con un celular al lado.
Si se toma en consideración la rapidez con que los teléfonos celulares han tomado el control de la vida actual, resulta fácil olvidar que aún se trata de una tecnología relativamente nueva, pensemos que el primer iPhone salió al mercado hace apenas ocho años. Sin embargo, los usuarios ya pasan unas tres horas diarias viendo una pantalla móvil y estando pendientes de sus avisos o indicaciones, más allá del tiempo que emplean en hablar por teléfono específicamente.
Las conversaciones en un bar, las charlas en un restaurante, la intimidad en una salida como para noviar, todo, absolutamente todo ha sido invadido por los teléfonos y sus aplicaciones. Lo mismo pasa en casa y lugares públicos. Solos o acompañados, la primordial atención se la lleva ese pequeño aparatito. Es como si uno no pudiese vivir un solo instante sin tener ese pequeño aparatito entre los dedos y cerciorarse que nada del mundo de las redes sociales esté ocurriendo sin que uno esté al tanto.
Un experto en el tema, consultado por el “New York Times” explicó: “El cerebro, literalmente es como si fuese recableado para cambiar, para buscar, de manera constante las novedades y eso hace muy difícil que uno pueda dejar de estar pendiente del teléfono.” En este punto la fuerza de voluntad asume un rol vital, como en cualquier otra adicción, por más que se trate de una adicción tecnológica.
También es cierto que mucha otra gente ha tomado conciencia de la problemática y comienza a decir. “un momentito, nos encanta esto de las tecnologías y los teléfonos inteligentes, pero parece haber un costo, ya sea mi relación con mi mujer, mi marido o mis afectos; mi trabajo o mi seguridad, porque al mismo tiempo que manejo el auto estoy escribiendo un mensaje… Y por mucho que apreciemos los adelantos tecnológicos, no estamos dispuestos a pagar dicho costo, tan elevado.
Comentar