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La importancia de bailar: ahora lo aconsejan para mejorar la salud

El 6 de abril se conmemora el Día Mundial de la Actividad Física., es por ello que para los que se aburren con las caminatas o el gimnasio, los expertos recomiendan la danza. Es aeróbico, baja el colesterol, reduce el estrés, mejora el equilibrio y la actividad neurológica. De la tangoterapia al rock y el twist.

El 6 de abril se conmemora el Día Mundial de la Actividad Física, es por ello que para los que se aburren con las caminatas o el gimnasio, los expertos recomiendan la danza. Es aeróbico, baja el colesterol, reduce el estrés, mejora el equilibrio y la actividad neurológica. De la tangoterapia al rock y el twist.

Los expertos aseguran que, lejos de tratarse sólo de un hobby, el baile también posee grandes beneficios para la salud mental y física. El consejo –como toda actividad física– es realizarlo dos o tres veces a la semana para mejorar la flexibilidad articular, fortalecer la memoria, agilizar la mente, tener efectos positivos para la psiquis, y además, como un gran ejercicio aeróbico para perder peso.

«Recomendar actividad física ya no basta, a la persona le tiene que gustar lo que hace para conseguir la continuidad en el ejercicio. Algunos preferirán asistir a un gimnasio o salir a caminar, pero lo cierto es que observamos que el baile puede lograr una muy buena adherencia», explicó Alberto Marani, jefe de la Unidad de Rehabilitación Cardiovascular del Hospital Paroissien.

«El baile requiere de coordinación y prestar atención de lo que hago y lo que hace la pareja. Es danzando que se oxigena la sangre, mejora la capacidad pulmonar, baja el colesterol, los triglicéridos, y baja la glucemia y se reduce el estrés», asegura Marani, quien junto a su equipo creó el programa «2×4 salud», un espacio de tangoterapia para pacientes con enfermedad cardiovascular de alto riesgo de realizar un evento cardiovascular. En la actualidad, 80 pacientes bailan tango todas las semanas. «Gracias al programa de baile logramos correrlos del área de riesgo.» Además, el cardiólogo dice estar convencido de que «la danza ayuda a cualquier edad, y como el tango es similar a caminar, estoy seguro de que el rock y swing puede ser equivalente a correr. A mis pacientes les digo que si no nos movemos somos como agua estancada que enferma, dependemos del movimiento».

Alejandro Mercado Zamora, es kinesiólogo y gerontólogo, se desempeña en la Clínica CEDES en Chile, en el área de neurorehabilitación de los trastornos de balance y marcha en personas mayores. En el instituto se trabaja con marcadores precoces del mal de Parkinson a través del uso de sensores inerciales que se instalan en el cuerpo y que miden el balance y marcha de manera instrumentalizada. «El Parkinson te desorganiza el movimiento, y el baile, en cambio, reestructura, porque tiene un patrón marcado que se sigue. Los pacientes que practican, por ejemplo, tangoterapia, mejoran estrategias motoras, llamadas ajustes posturales anticipatorios; incluso si bailan solas. Iniciar con vals, luego tango para terminar con rock and roll sería óptimo», explica el especialista.

El baile también es recomendado a pacientes vestibulares (que sufren de mareo y/o vértigo más inestabilidad con las temidas caídas por consecuencia). Una vez terminada la neurokinesiología con terapia física vestibular, pueden continuar su proceso de reintegración social con bailes que incluyan aceleraciones angulares o bien giros para mantener sano el sistema vestibular que en algún momento estuvo dañado», explica Zamora. De acuerdo a la medicina basada en la evidencia, particularmente se sabe que personas mayores que bailan tienen menos riesgo de caer que aquellas que no lo hacen. Eso sí, a los mayores sanos les recomienda seguir ritmos más intensos, como rock & roll o twist. «Practican los movimientos rotatorios, que ayudan a mejorar la estabilidad y a evitar los problemas de equilibrio propios del envejecimiento», agrega.

Para la memoria: Para Raúl Arizaga, neurólogo, presidente del Grupo de Investigación de Demencias de la Federación Mundial de Neurología, «uno de los beneficios del ejercicio físico es que activa los factores neurotróficos y estos son esenciales para que haya una reposición de neuronas en algunos lugares del cerebro, fundamentalmente en el nivel del hipotálamo. Además, la actividad física es buena para cuidar la memoria, y bailar pone en juego otros estímulos como el seguir un ritmo para coordinar los movimientos; eso también ayuda a mantener la memoria.» En la actualidad el grupo de investigación está por comenzar un estudio prospectivo que analizará en qué nivel el bailar tango ayuda a pacientes con trastorno de Alzheimer.

En la Asociación Civil Esclerosis Múltiple Córdoba (ACEM) muchas de las técnicas de rehabilitación neurológica están basadas en la danza. Javier Leoni, coordinador rehabilitación, dice: «no estamos de acuerdo con ejercicios forzados y poco naturales. Solemos utilizar movimientos de danza clásica en pacientes que han sufrido ACV, con pacientes neurológicos, esclerosis múltiple, o traumatismos. Si bien la terapéutica está más asociada con los movimientos de la música clásica, he realizado seminarios en los que se trabaja con ritmos latinos. Lo que conseguimos es que el ritmo los motive a mantenerse conectados con la rehabilitación, en cambio, los movimientos rígidos son tediosos.»

Los que bailan: «Bailar trata de respetar, comprender y tolerar, es una relación horizontal en la que la energía invade», opina Selva Escandell, profesora y fundadora del grupo Gente de Rock. «Tuve un alumno que padecía Parkinson y siempre valoraba la inclusión que sentía gracias a las clases y cuánto lo relajaba, incluso durante las clases disminuían sus temblores. También tenemos alumnos que quieren bajar de peso, pero lo que los caracteriza a todos son las ganas de divertirse. El baile levanta. A mí me ha ayudado muchísimo en momentos difíciles.» Para Carlos Vittori, de 56 años, el baile también es «absolutamente terapéutico. Particularmente el rock posee una energía única, te despierta, te sacude, te da felicidad», dice el hombre que baila tango, rock, boogie woggie, y salsa desde hace diez años. La misma energía tiene Javier Tejerina, de 50 años que padece de fibrosis en su pierna izquierda, pero baila rock tres veces por semana. «Siempre quise bailar, es algo que sé que me hace muy bien.»

Para Rafael Mendaro, bailarín y profesor de tango y rock and roll, «lo más notorio es el cambio de actitud. Recuerdo una abuela que llegó a la clase dando pasitos cortos y cuando comenzaba la música comenzaba a dar pasos largos y firmes», cuenta. Para él, “»gente se anima, se libera, se divierte, y al mismo tiempo ejercita su cuerpo. Además, se genera empatía con otras personas, no bailás solo, estás con otro y en el medio está la música, entonces salís de vos mismo para conectarte con la pareja y ponerte en su lugar. En definitiva, el baile te hace mejor persona.»

Juan Manuel Aron, quien también es profesor de Gente de Rock, asegura conocer «quienes sufrían algún tipo de alergia nerviosa que se curaron con el baile». Para él, lo bueno de bailar es que «iguala, porque estamos todos en la misma, nadie está pendiente de cómo se ve en el espejo, sino de seguir el ritmo, y conectarse».

Lo cierto es que uno no es el mismo después de bailar. El seguir el ritmo, la conexión con otros en la sincronía, el hermoso equilibrio de tensión que se da en cada abrazo, en el sostén de las manos, los giros, las piruetas, en esa unión de movimientos fluidos; los músculos, huesos, sangre y cerebro se renuevan, el carácter social humano se enriquece, y es bailando que también –como dijo el profe– nos hacemos mejores personas.

Un largo listado de beneficios para la salud

– Mejora la capacidad muscular y articular. Incrementa las capacidades de fuerza, resistencia, velocidad de reacción, flexibilidad y coordinación.

– Contribuye a la reducción del peso corporal y alineación postural.

Beneficios fisiológicos:

– Activa y mejora la capacidad cardiovascular y respiratoria, al aumentar la irrigación sanguínea y el oxígeno.

– Estimula la producción de hormonas como las endorfinas y testosterona.

– Mantiene y desarrolla el sistema osteoarticular y la densidad ósea. Mejora el sistema inmune y Reduce los niveles de cortisol.

Beneficios psicológicos:

Mejora las funciones cognitivas en adultos mayores. Genera nuevas redes neuronales.

Promueve el bienestar psicológico, produciendo efectos moderados sobre ciertos estados depresivos, ansiedad y estrés.

Previene enfermedades crónicas graves y potencialmente mortales como la hipertensión, obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, insomnio.

Mejora el estado de ánimo, el autoconcepto, autoestima, habilidades sociales y actitud en el trabajo.

Confianza

«Cuando empecé a bailar pesaba 85 kilos, no paré y hoy peso 65. El baile me ayudó a recuperar confianza en mí, noté mucha diferencia en cuanto a mi motricidad, mejoré la velocidad de mis reflejos, mi lucidez y mi estado anímico. Además, me divierto»: Gabriel Adamo, 33 años.

Sociabilidad

«El baile me ayuda a despejarme de la rutina diaria, me siento una persona mucho más abierta y sociable desde que empecé a bailar. Viajé una hora y media para venir hasta la sala de ensayo pero qué me importa ya, ¡si voy a bailar!»: Caro Kusz, 27 años.

Resistencia

«Noto que desde que bailo tengo más resistencia física, además me divierte y motiva, algo que el gimnasio nunca logró. No pienso dejar de bailar, incluso ya estoy pensando qué ritmos bailaré cuando sea viejito, como el Balboa y Carolina Shag»: Julio Rodríguez, 35 años.

Fuente: Tiempo Argentino

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