Diabetes Tipo 2
Es una enfermedad relacionada con el nivel de azúcar en la sangre… Pero… ¿Qué la ocasiona? ¿Cuáles son sus síntomas? ¿Y sus consecuencias? ¿Existen tratamientos de cura definitiva?
De la redacción de tvsana
Es una enfermedad relacionada con el nivel de azúcar en la sangre… Pero… ¿Qué la ocasiona? ¿Cuáles son sus síntomas? ¿Y sus consecuencias? ¿Existen tratamientos de cura definitiva?
Diabetes es el exceso de azúcar en la sangre. Es decir, de la glucosa, proveniente de los alimentos que consumen las personas, y que representan la mayor fuente de energía necesaria para desarrollar óptimamente las funciones del cuerpo humano. Esta enfermedad es crónica y no tiene cura definitiva. Quien la padece, requiere de una cuidadosa atención y debe aprender a convivir con ella. Sin embargo, no todos los casos son iguales. Algunas personas ya no necesitan medicamentos si logran bajar de peso y se vuelven activas. En ese contexto, la insulina del propio cuerpo, sumada a una dieta saludable, consigue controlar el nivel de azúcar en la sangre.
Luego de comer, el organismo desmenuza los alimentos y los transforma en nutrientes (entre ellos la glucosa) y estos son absorbidos por el flujo intestinal. Por lo tanto, el nivel de glucosa sube tras una comida y pone en funcionamiento al páncreas, que genera la hormona insulina y la libera en el flujo sanguíneo. El problema de las personas con diabetes, es que el cuerpo no logra producir o reaccionar a la insulina correctamente y necesita medicamentos para controlar su nivel. De lo contrario, el organismo puede verse severamente dañado.
Los daños producidos, no siempre se advierten en un primer momento, pero se van manifestando en afecciones secundarias al generarse gran cantidad de radicales libres, los cuales actúan sobre los tejidos, provocando, por ejemplo, la neuropatía (lesiones de los nervios), vasculopatía (lesiones en las arterias), retinopatía (lesiones en la retina) y nefropatía (enfermedad del riñón).
El tratamiento convencional depende del tipo de diabetes. En la diabetes 1, se aplica insulina, y en la diabetes 2, se suministran hipoglucemiantes orales, y en algunas ocasiones, insulina también. Sin embargo, este tratamiento habitual no consigue neutralizar el proceso oxidativo (la acción de los radicales libres), por lo tanto, los daños se generan y se acumulan silenciosamente, al principio, para luego trascender en alguna de las afecciones mencionadas. Cuando uno padece diabetes tipo 2, la grasa, el hígado y las células musculares no responden de manera correcta a la insulina, en consecuencia, el azúcar de la sangre no entra en las células y no puede ser almacenado como fuente de energía. La mayoría de las personas, víctimas del problema, sufren sobrepeso en el momento del diagnóstico, pero la diabetes tipo 2 también puede presentarse en personas delgadas y es más común en los ancianos. Los antecedentes familiares y los genes juegan un rol determinante en esta clase de diabetes, un bajo nivel de actividad, una dieta deficiente y el excesivo peso corporal, son factores que aumentan el riesgo de contraerla.
Sus principales síntomas son: infección de la vejiga, en la piel, dificultades en el riñón, cansancio, hambre, aumento de la sed, visión borrosa, disfunción eréctil y dolor o entumecimiento en los pies o las manos, entre otras.
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