Por la Dra. Virginia Busnelli (MN 110351), Médica especialista en Nutrición. Directora Médica de CRENYF
Más del 70% de las muertes por cáncer de pulmón, bronquios y tráquea son atribuibles al consumo de tabaco, así como el 11% de las muertes por cardiopatía isquémica. Lo paradójico de esta temática es que, de todos, el tabaquismo es el factor de riesgo más prevenible. En Argentina, cada año mueren aproximadamente 40.000 personas por enfermedades relacionadas con el tabaco. Los últimos datos relevados sobre tabaquismo evidencian que la epidemia ha disminuido en los últimos 8 años, tanto en la población joven (13 a 15 años) como adulta (18 años y más). Sin embargo, sus efectos siguen siendo preocupantes, no sólo por su impacto en la salud de los individuos, sino porque también representan un alto costo para la economía nacional.
Si bien nuestro país demuestra importantes avances en el control del tabaquismo que se evidencian en la disminución progresiva del consumo y la exposición al humo de tabaco, es necesario profundizar las acciones, incrementando el precio relativo de los productos elaborados con tabaco, intensificando las estrategias de comunicación y educación, y garantizando la implementación de la ley y su reglamentación.
Ahora bien, ¿Qué pasa cuando tomar la decisión de dejar de fumar viene acompañada con el miedo de engordar? Esta preocupación no es infundada ya que en las primeras semanas de cesación tabáquica, el efecto anorexígeno (disminución del apetito) que causaba la nicotina ya no está, lo que provoca generalmente un aumento de la ingesta sumado a que se normalizan los sentidos del gusto y del olfato generando cambios de comportamiento respecto a la comida, todo lo cual hace que la ansiedad que antes se controlaba fumando se exprese ahora comiendo y, por supuesto, no es el objetivo cambiar un mal hábito por otro.
La cesación del consumo de tabaco debe ser acompañada por un plan de alimentación, que ayude a evitar el aumento de peso, y que permita controlar la ansiedad consumiendo alimentos saludables. Los primeros 3 a 6 kilos ganados durante la cesación son a raíz del cambio metabólico causado por la ausencia del tabaco, el resto de los kilos que puedan ganarse serán a causa de malos hábitos propios generados por la ansiedad mal controlada. En estos primeros meses de abandono del tabaco, la alimentación no debe focalizarse en la pérdida de peso, sino en la depuración del organismo. El aumento de unos kilos, que pueden ser controlados de la mano de un plan nutricional realizado a la medida de cada situación personal y con una rutina de ejercicio físico adaptada a cada necesidad, no representa un riesgo tan importante para la salud en relación a los grandes beneficios que generará dejar de fumar.
Algunos consejos para quienes están planeando dejar de fumar:
• Hacer las 4 comidas principales y en las colaciones elegir opciones bajas en calorías siempre teniendo en cuenta los “alimentos aliados”: lácteos, jugos naturales, frutas y verduras que son aquellos que – según fumadores y ex fumadores – le dan mal sabor al cigarrillo y colaboran en el proceso de deshabituación
• El síndrome de abstinencia genera un gran nerviosismo y no resulta adecuado ingerir sustancias excitantes que puedan aumentar este estado anímico, es por eso que no se recomienda el consumo de café, té, chocolate, bebidas alcohólicas, bebidas y gaseosas colas.
• Una actitud muy común es ver a los ex fumadores consumiendo chupetines y caramelos constantemente, deben saber que este tipo de azúcar en exceso se transforma en grasa y además es metabolizada con gran velocidad por el organismo, de manera que, al cabo de un rato de ingerirlos, sentirán nuevamente hambre.
• Teniendo un buen manejo de los alimentos que se consumen y con un incremento de la actividad física diaria se puede controlar e incluso evitar el aumento de peso y hasta reducirlo en aquellas personas que tenían sobrepeso antes de dejar de fumar.
Si estás pensando en dejar de fumar no lo dudes ni un día más, los beneficios serán absolutos: recuperarás el olfato y el gusto; disminuirás el riesgo de infarto; aumentarás la resistencia contra las infecciones; mejorarás tu capacidad pulmonar. Que la amenaza de unos kilos de más no te quite la posibilidad de elegir una vida más plena. Decidí cuidarte, dejá el cigarrillo y elegí un médico especialista en nutrición que te acompañe a recorrer este camino sumando hábitos alimentarios saludables y ejercicio físico a tu rutina. Restale malos hábitos a tu salud, sumale vida.
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