Los síntomas característicos del resfriado común y de la rinitis alérgica son muy similares, lo que complica en gran medida el diagnostico de una u otra afección. Sin embargo, se debe tener en cuenta que el agente causal es muy diferente entre ambos casos, lo que implica, que el tratamiento recomendado también es distinto.
De esta forma, diferenciar correctamente entre un catarro o una rinitis alérgica es especialmente importante a la hora de evitar posibles complicaciones e implementar con la máxima antelación la terapia adecuada.
El resfriado común
El resfriado común o catarro es una infección vírica del tracto respiratorio superior, normalmente producida por rinovirus, que tiene una alta incidencia sobre todo en primavera y otoño. Al tratarse de una enfermedad viral es altamente contagiosa, transmitiéndose principalmente por contacto persona a persona o por secreciones nasales y bucales de una persona infectada.
Síntomas del resfriado común
Los síntomas del resfriado común suelen ser malestar general, tos y estornudos, y fiebre, algo que no ocurre con la rinitis alérgica. También son comunes las congestiones nasales, algo que también ocurre en la rinitis alérgica, sin embargo, en ella las congestiones suele ser unilaterales y alternantes.
Asimismo, después de los primeros días empieza a aparecer una mucosidad más densa, provocando una mucosidad productiva. La mayoría de los catarros suelen desparecer entre los 4 y 10 días.
Tratamientos del resfriado común
Los catarros nunca deben tratarse con antibióticos, pues se tratan de infecciones víricas. Las medidas terapéuticas más usadas son:
- Beber abundantes líquidos
- Mantener reposo
- Tratamiento para el malestar y el dolor con ibuprofeno o paracetamol
- Lavados nasales con suero fisiológico
La rinitis alérgica
La rinitis alérgica, por su parte, es una inflamación de la mucosa nasofaríngea causada por un alérgeno, que puede ser: polen, ácaros, polvo, pelos de animales o mohos, entre otros. Es la enfermedad alérgica más frecuente, ocasionada por un trastorno en el sistema inmune que desencadena una respuesta alérgica exagerada a este tipo de sustancias, que resultan inocuas para la mayoría de la población.
Habitualmente se clasifican en perennes y estacionales, en función de si su aparición es continua o temporal durante ciertas épocas del año, respectivamente.
Síntomas de la rinitis alérgica
Al igual que un catarro, la rinitis alérgica puede ocasionar congestión nasal, picor en la garganta, estornudos y ojos llorosos. Sin embargo, una de las principales diferencias recae en que la rinitis alérgica genera estos síntomas de manera intermitente, incrementándose estos tras la exposición al alérgeno en cuestión.
Sin embargo, la rinitis alérgica también puede potenciarse por otros factores como cambios en la temperatura y humedad ambiental o exposición a humos y olores fuertes. Estos elementos, que no suelen ser alérgenos que desencadenen rinitis alérgica por sí mismos, si pueden empeorarla, debido a la alta sensibilidad del revestimiento nasal inflamado.
Otra de las grandes diferencias es que la rinitis alérgica rara vez o nunca produce fiebre, cosa que no ocurre en un catarro. Por lo general, tampoco suele causar malestar, cansancio y dolor físico, sintomatología clásica de un resfriado de origen vírico.
Tratamientos de la rinitis alérgica
Normalmente, para el tratamiento de la rinitis alérgica se suelen emplear dos tipos de fármacos: antihistamínicos y descongestionantes.
Los fármacos antihistamínicos tienen como principal función bloquear los receptores celulares para la histamina. La histamina es una sustancia química liberada en las reacciones alérgicas y es, en última instancia, la responsable los síntomas típicos de la alergia (picores, moqueo, estornudos…).
Este tipo de fármacos suelen causar un efecto de somnolencia y cansancio. Sin embargo, los medicamentos antihistamínicos de nueva generación han evolucionado a fin de solventar este problema, por lo que ya existen muchos que no causan este tipo de efecto secundario.
Los fármacos descongestionantes, por su parte, están enfocados a disminuir la congestión nasal. Los aerosoles nasales descongestionantes se venden sin receta médica, sin embargo, no se recomienda prolongar su uso más de tres días pues pueden producir dependencia y ocasionar un “efecto rebote” cuando se dejan de tomar.
Así mismo, existen aerosoles nasales con corticoesteroides (hormonas que regulan el proceso inflamatorio), que pueden ser de gran ayuda en el tratamiento de la rinitis alérgica, al tener un efecto antiinflamatorio e inmunosupresor.
fuente: mejorconsalud
Comentar