De la redacción de tvsana

Las bajas temperaturas del invierno, el viento y la lluvia también causan efectos en la piel y es necesaria someterla a tratamientos,  tal y como se hace en el verano.

Proteger la piel no solamente es un hábito a practicar durante el verano. El invierno también causa trastornos en ella si no se la cuida debidamente. Los bruscos cambios de clima, el viento frío, las constantes lluvias y el hecho de pasar de ambientes calefaccionados a las bajas temperaturas externas, sensibilizan la piel y esta requiere un minucioso cuidado, para que no se vea afectada.

La dermatóloga Adriana Raimondi, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología, da su punto de vista al respecto: “El efecto de las bajas temperaturas en la piel, provoca cambios fisiológicos relacionados con la termo regulación que producen la típica palidez invernal en la piel. La epidermis funciona como la protección más externa de la piel frente a los peligros que presenta el medioambiente, y tiene, entre sus funciones, la de fabricar factores de humectación, cuyo objetivo es protegerla de esas agresiones ambientales. Frente al descenso de la temperatura, la composición de las grasas epidérmicas se modifica, y esto hace que la piel se reseque. Además, a esto hay que agregarle la deshidratación vinculada al viento, a la baja humedad y al calor de los ambientes internos.”

Durante el invierno es fundamental renovar la piel deteriorada con los llamados exfoliantes, que pueden ser ácidos utilizados en diferentes graduaciones, ya que trabajan sobre las capas inferiores, renovando la piel en profundidad. Los especialistas en la materia aconsejan realizar este tratamiento una vez a la semana, en caso de pieles normales, y dos veces por semana, en las grasas. Luego de la rutina diaria de limpiar el maquillaje y eliminar las células muertas, es indispensable hidratar la piel, ya que las cremas y las mascarillas permiten combatir los efectos deshidratantes del invierno. “Las pieles resecas, o las que presentan signos de envejecimiento, son las que más sufren”, resalta Adriana Raimondi.

Otro consejo de los expertos en dermatología, es usar protector solar, ya que lo consideran esencial. Y más allá de que los rayos solares, en invierno no sean tan intensos como en los meses estivales, es conveniente -y hasta fundamental- utilizarlo a diario. Como también ayuda mucho el empleo de cremas ya que estas evitan la pérdida de agua de la piel.

Con los cuidados apropiados, la piel se puede mantener con buena salud también durante los meses del invierno, y reírse del frío, las lluvias y las bajas temperaturas.

Fuente: Sociedad Argentina de Dermatología