De la redacción de Tvsana 

Existen distintos tipos de asma, cada uno con sus características, sus complejidades y sus síntomas. Te contamos las características de cada uno y cómo tratarlos. 

El asma es un trastorno inflamatorio crónico de la vía aérea. Una inflamación  asociada con una hiperreactividad de las vías aéreas frente a determinados factores desencadenantes (infecciones virales, ejercicio físico o la exposición a distintos alergenos); con la obstrucción del flujo del aire (que puede revertirse con un tratamiento); y con síntomas respiratorios como las sibilancias, la tos y una sensación opresiva en el tórax. Y existen distintos tipos de asma, cuyas pruebas diagnósticas ayudan a clasificarlas de acuerdo con su gravedad y a determinar la forma en que debería ser tratada. La Iniciativa Global para el Asma (GINA por sus siglas en inglés), clasifica a la enfermedad de acuerdo a sus grados de severidad en cuatro niveles:

Asma intermitente: síntomas durante el día que aparecen más de una vez por semana y síntomas nocturnos que aparecen menos de dos veces por mes.

Asma leve persistente: síntomas diurnos más de una vez por semana pero menos de una vez por día. Síntomas nocturnos más de dos veces por mes.

Asma moderada persistente: síntomas diurnos diarios, y síntomas nocturnos más de una vez por semana.

Asma grave persistente: síntomas continuos durante el día, y frecuentes durante la noche.

El asma tiene sus crisis, es decir, aquellas situaciones que se producen cuando ocurren tres cambios en los pulmones: los conductos aéreos se inflaman, las células de los conductos aéreos producen más mucosidad que la normal, y como este moco es muy espeso tiende a obstruirlos, los músculos se contraen. Estos cambios hacen que las vías aéreas se estrechen y que se dificulte la respiración.

Estas crisis varían en cuanto a la frecuencia y a la intensidad. Algunas personas asmáticas pueden estar libres de síntomas la mayor parte del tiempo y presentar sólo episodios ligeros y ocasionales de dificultad respiratoria. Otras personas con asma tosen y tienen sibilancias casi en forma permanente y sufren exacerbaciones graves luego de la exposición a un alergeno o un irritante o después de una infección viral.

El médico puede sospechar de la presencia del asma a partir de los síntomas que describe el paciente. Diagnosticar la enfermedad puede ser difícil, ya que los síntomas varían en severidad y son muchas veces similares a los síntomas de otras condiciones como el enfisema, la congestión cardiaca o la disfunción de la laringe. Para diagnosticar el asma, el médico tratará de:

Entender los síntomas de la obstrucción del aire (tos, silbidos, falta de aire, agitación, sensación de opresión en el pecho).

Descartar otros posibles diagnósticos.

Determinar si la obstrucción del flujo de aire es al menos parcialmente reversible.

Fuente:  Paradigma PEL Comunicación