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El control del asma permite llevar una vida normal y realizar actividades sin limitaciones. Afecta a 300 millones de personas en el mundo; se estima que en el 2025 habrá 100 millones de personas más que en la actualidad.

Buenos Aires, Argentina. En las últimas décadas, el asma se ha vuelto más común en niños y adultos. Se estima que unos 300 millones de personas padecen esta enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias1, y que para 2025 otros 100 millones de personas más la padecerán.

“Con un adecuado control de la enfermedad la mayoría de las crisis severas por asma pueden ser prevenidas e incluso las personas que la padecen, pueden llevar una vida normal y realizar actividad física sin limitaciones. Sin embargo, hay síntomas que si bien no son lo suficientemente severos como para requerir una visita a la sala de emergencia o al médico, pueden ser considerablemente serios para impedir que un niño con asma lleve una vida totalmente activa. El asma ocasiona muchas noches de sueño interrumpido, limitación en la actividad física y alteraciones a las rutinas familiares y de las personas que les cuidan«, comentó el doctor Daniel Colodenco, jefe del Servicio de Alergia e Inmunología del Hospital Ferrer.

“Las vías respiratorias de los niños son más estrechas que las de los adultos, lo cual significa que los desencadenantes que pueden causar únicamente un ligero problema en un adulto pueden crear problemas mucho más serios en los niños. En los niños, un ataque de asma puede aparecer súbitamente con síntomas severos. Por esta razón, es importante diagnosticar y tratar el asma de manera correcta.”, comentó el doctor Alejandro Teper, neumonólogo pediatra, Jefe de Unidad 3 del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.

“Es una enfermedad crónica que se caracteriza por ataques recurrentes de disnea y sibilancias, que varían en severidad y frecuencia de una persona a otra. Los síntomas pueden sobrevenir varias veces al día o a la semana, y en algunas personas se agravan durante la actividad física o por la noche”, comentó el doctor Jorge Máspero, Director de la Fundación CIDEA, para la investigación y difusión de las enfermedades respiratorias y alérgicas.

Una encuesta telefónica realizada por MSD entre 2007 y 2008, para evaluar el nivel de conocimiento sobre el control del asma entre médicos, pacientes adultos y padres de niños con asma, analizó cuáles eran los indicadores del control de la enfermedad. Los datos mostraron que el 31% de los médicos encuestados (n=293) manifestaron que la ausencia de tos y sibilancias era el principal signo de control del asma. Por su parte, el 45% de los pacientes adultos mencionaron como signo del control de su asma, el no requerir el uso de medicación de rescate. La encuesta se realizó en Francia, Alemania, Italia, Japón, Corea del Sur y México.

Asma y Rinitis Alérgica

Existe una relación estrecha entre asma y rinitis alérgica, una enfermedad inflamatoria de la mucosa que reviste el interior de la nariz. Al menos el 60% de los asmáticos también padecen rinitis, mientras que entre el 20 y el 30% de las personas con rinitis alérgica también tienen asma. Es por eso que se recomienda que  los pacientes con rinitis sean evaluados para determinar si también tienen asma, y viceversa. Sin embargo, la encuesta realizada por MSD reveló que si bien casi el 60% de los médicos reconoce la relación entre asma y rinitis alérgica, menos de la mitad de los pacientes tratados por asma reciben información sobre la vinculación de ambas condiciones. La encuesta mostró además que el 74% de los padres y el 77% de los pacientes adultos entrevistados notaron que los síntomas del asma empeoraban en presencia de síntomas alérgicos.