De la redacción de tvsana

Estará indicada para los adultos mayores y tendría un costo de alrededor de 150 dólares. Se produce por una reactivación del virus de varicela y el riesgo aumenta con la edad.

Anuncian con bombos y platillos, para el mes de agosto de este año, la llegada a la Argentina de la primera vacuna contra la culebrilla. En principio estará disponible para adultos mayores de 65 años y aún no hay certezas acerca de si tendrá algún tipo de cobertura. Eso sí, habrá que tener disponible una buena cantidad de pesos, ya que la vacuna cuesta alrededor de 150 dólares.

Culebrilla es el nombre corriente para referirse al herpes zóster, el cual surge por la reactivación del virus causante de la varicela en los chicos. Esta enfermedad causa un dolor insoportable y produce esta erupción cutánea con ampollas, las cuales aparecen en forma de bandas por todas partes del cuerpo, junto con una fuerte comezón y otros síntomas similares a los de la gripe.

De acuerdo con la opinión de varios especialistas, la condición para que la reactivación del virus Varicella zóster ocurra es haber tenido varicela. Por este motivo se pone énfasis en que todos los mayores de 50 años, podrían desarrollarla. El porcentaje estimado, a esa edad, para padecer este mal, va del 10 al 20 %, según datos de la Organización Mundial de la Salud. No obstante, algunos infectólogos elevan ese porcentaje a 30 %.

Luego de haber tenido varicela, el virus permanece inactivo en el cuerpo de la persona, en las células nerviosas. Y en algún momento, más adelante, si el sistema inmunológico se debilita por el motivo que fuere (estrés, por ejemplo), el virus puede reactivarse. Y el riesgo se incrementa a medida que la edad de la persona avanza.

En las 38.456 personas mayores de 60 años, sin otras enfermedades ni antecedentes de culebrilla, que participaron del Estudio de la Prevención del Herpes Zoster, la inmunización redujo a la mitad el riesgo de desarrollar la infección y rebajó hasta un 66,5% la posibilidad de sufrir un dolor muy intenso, donde aparece el sarpullido, que en ocasiones no se va ni al desaparecer la enfermedad.

Para estar a resguardo, los médicos aconsejan enfáticamente, cumplir con el calendario de vacunación, sobre todo los adultos mayores, y así achicar los riesgos y evitar contraer enfermedades infeccionas, las cuales suelen cobrarse una significativa cantidad de vidas anualmente.