El uso de hierbas medicinales es una práctica que proviene de nuestros ancestros, siendo éstas precursoras de la industria farmacéutica.

Se utilizan en usos tópicos o, vía oral, en infusiones o, como parte de preparaciones.

Aparentemente, en muchos casos son muy efectivas y por provenir de la naturaleza, existe la creencia de que son inocuas. Pero esto se da, si se lo hace en dosis adecuadas, conociendo completamente los efectos que se buscan del principio activo; así como también sus efectos colaterales, secundarios y adversos. Estos últimos pueden ser dosis-dependiente, u ocasionados por el tipo de población al que se aplica.

Es decir, se debe tener muy en cuenta el paciente y sus características, ya que se contraindican en niños, embarazadas, ancianos, pacientes con enfermedades asociadas al sistema de excreción, así como también interacciones con algunos medicamentos.

Hay estudios que sugieren que día a día crece el número de personas que consumen multivitaminas, si bien no hay estadísticas claras, o libres de sesgo; se cree que ya se trata de 1/3 de la población la que los está consumiendo.

Lo cierto es que una pastillita no se compara con una dieta completa, y solo se debe suplementar al paciente que así lo requiera, por indicación médica.

Ya sea por una alimentación pobre o deficiente, o en determinada etapa de la vida como el embarazo, la lactancia, o primeros meses, También en enfermedades que causen carencias por consumo, o déficit de absorción.

En todos estos casos, debe ser indicada por un profesional de la salud, y por el tiempo que sea necesario, con los controles adecuados.

A pesar de que muchos de estos preparados son de venta libre, siempre se debe consultar al médico de cabecera o especialista para saber qué tipo de suplementos y, en que dosis, tomar para cada etapa de la vida, y si no puede causar efectos no deseados, o daños mayores.

Dra. María Natalia Di Lorenzo
Médica Clínica MN 106.465
Médica de Planta
Centro Terapéutico Dr. Máximo Ravenna