190 mil argentinos por año sufren quemaduras
• Nuestro país cuenta con una nueva herramienta que facilita los procedimientos, generalmente en situación de emergencia, a los que se ve sometido el paciente quemado.
• Los cirujanos especialistas en la materia están utilizando un tratamiento revolucionario llamado ‘debridación enzimática’ para eliminar el tejido dañado e irrecuperable discriminándolo del tejido sano, lo que mejora radicalmente el pronóstico del cuadro y la recuperación funcional y estética de la piel.
• 1 de cada 10 quemaduras son graves o críticas y cerca de la mitad de los casos se da en niños. 2 de cada 3 episodios suceden en el hogar.
• Líquidos calientes, fuego directo, electricidad y sustancias químicas son las principales causas.
Se estima que en nuestro país suceden 190 mil quemaduras por año. Del total, el diez por ciento serían graves o críticas. Las quemaduras severas son uno de los procesos más traumáticos a los que se puede llegar a enfrentar una persona. Descuidos en el hogar, falta de mantenimiento de equipamientos eléctricos o a gas, manejo imprudente de pirotecnia o del fuego pueden marcar para siempre la piel y la vida de un ser humano. Recientemente, llegó a Argentina un producto compuesto por un complejo enzimático que el médico especialista aplica sobre las quemaduras.
El proceso de debridación enzimática, mediado por este complejo, disuelve el tejido dañado producto de una quemadura severa, dejando tejido viable y limpio, lo que favorece la recuperación de la piel sana y reduce notoriamente la necesidad de injertos y la cantidad de cirugías complejas. Este producto está aprobado en muchos países desarrollados como Alemania, Israel, España y ahora también en nuestro país, y está generando un cambio revolucionario en el tratamiento hospitalario de las quemaduras.
A nivel mundial, “las quemaduras continúan representando el modelo más severo de lesión traumática, siendo un desafío considerable ofrecer el tratamiento adecuado para mantener la vida, la función y la recuperación psicofísica”, reconoció la Dra. Anahí Crocenzi, cirujana plástica especialista en quemados y Jefa de Unidad de Internación de Adultos en el Hospital de Quemados.
La evolución en el tratamiento de las quemaduras en los últimos años demuestra “una clara preocupación por disminuir el impacto que puede ocasionar la propia cirugía sobre la lesión y acortar los tiempos de internación, así como disminuir las secuelas”, agregó la Dra. Crocenzi.
Hasta hace poco tiempo, la mejor manera de separar el tejido quemado de la piel sana en la zona afectada era a través de una cirugía, con un bisturí directamente sobre la lesión. Esta tarea artesanal del cirujano sigue vigente, pero presenta algunas desventajas, ya que el profesional debe asegurarse de que elimina todo el tejido quemado o muerto (para evitar infecciones) y por esto se puede tender a ‘quitar’ de más. La excesiva extracción de tejido sano conlleva a la pérdida de valiosos queratinocitos, que son células muy importantes para la regeneración de la piel. Lamentablemente, por más avezado que sea el profesional, su ojo no le permite distinguir a nivel microscópico las células dañadas de las sanas. Eliminar más piel sana de la necesaria representa más tiempo de recuperación, necesidad de más autoinjertos, más cirugías, recuperación y rehabilitación más prolongadas.
Este producto para la debridación selectiva ya está disponible en nuestro país y es el primero aprobado por los agentes regulatorios nacionales, capaz de disolver el tejido muerto, conservando el tejido sano de forma eficaz sin que esto implique un proceso traumático. Este complejo concentrado de enzimas enriquecidas con bromelaína, obtenida del tallo de la planta del ananá, se presenta como un gel tópico y su uso ya fue aprobado en Europa, en Israel y otros países, incluido el nuestro, donde, desde esa instancia, comenzó a utilizarse. Ya hay dos instituciones con centros especializados en quemaduras que lo utilizan: el Hospital Alemán y el Hospital Marcial V. Quiroga de San Juan. A esto se suman especialistas que han hecho sus experiencias en instituciones privadas a demanda, como sucedió recientemente en el Sanatorio de Los Arcos y el Sanatorio Agote, adonde recibieron casos severos en los que se utilizó esta nueva herramienta.
El Dr. Alberto Bolgiani, médico especialista en quemados y Jefe del Centro de Excelencia para la Asistencia de Quemaduras del Hospital Alemán (C.E.P.A.Q.), sostuvo que es una forma absolutamente innovadora de abordar la cirugía del quemado y que tardará algún tiempo para que todos los especialistas la adopten: “pero los beneficios que uno ve en los pacientes hacen pensar que en un futuro será el tratamiento de referencia para separar el tejido muerto protegiendo las células cutáneas sanas”.
“El complejo enzimático es muy novedoso y confiamos en que se siga avanzando para que se puedan ampliar los protocolos actuales”, remarcó el Dr. Martín Cobos Maldonado, Jefe del Servicio de Cirugía Plástica y Quemados del Hospital ‘Marcial V. Quiroga’ de San Juan, quien ya utilizó el producto durante procedimientos de desbridamiento con un paciente en el hospital sanjuanino.
Beneficios demostrados
• Reduce un 74,7% el tiempo necesario para eliminar las escaras, el tejido muerto (casi una semana).
• Reduce un 65% la demanda global de actos quirúrgicos en un paciente, tanto de escarectomías (extracción de tejido) como de autoinjertos.
• Reduce un 60,9% el área que necesitará injerto de piel, puesto que sólo diluye las células necrosadas, sin dañar nada del tejido sano, como sí lo hace la extracción de escaras quirúrgicamente con un bisturí.
Tal como sugirió el Dr. Enrique Monclus, coordinador médico de la unidad de grandes quemados del hospital ‘Miguel Servet de Zaragoza’, España, quien presentó el producto en nuestro país -junto al Dr. Lior Rosenberg, uno de los principales desarrolladores de este nuevo procedimiento, la separación selectiva del tejido necrosado es fundamental “porque no deja células dañadas, reduciendo enormemente el riesgo de infecciones a las que la persona quemada está mucho más expuesta, porque la piel justamente es la primera barrera contra las infecciones. En ocasiones, una bacteria en la zona afectada puede trasladarse al torrente sanguíneo y comprometer la vida del paciente considerablemente más que la propia quemadura”.
“Menos área que requiera autoinjertos redundará en menos cirugías, menos intervenciones de zonas donantes, menos daño funcional o estético y menos tiempo de rehabilitación posterior; todo en beneficio de la sobrevida y la calidad de vida del paciente”, especificó el Dr. Bolgiani.
En nuestra experiencia, agregó la Dra. Crocenzi, la posibilidad de reemplazar o coadyuvar procedimientos quirúrgicos con debridamiento enzimático “aceleró los tiempos de curación, con o sin injertos, permitiendo curaciones posteriores que no requirieron soporte anestésico, con curaciones húmedas que facilitaron la rehabilitación kinésica precoz, disminuyendo los requerimientos de transfusiones, el tiempo de internación en la institución y los costos finales”.
El perfil de seguridad del complejo enzimático ha quedado establecido en varios ensayos clínicos. Estos estudios han sido desarrollados por varios especialistas de reconocido prestigio en el tratamiento de grandes quemaduras y aplicados en cientos de pacientes de diferentes continentes. En general, su perfil de seguridad es similar al de otros productos tópicos empleados habitualmente en el tratamiento de grandes quemaduras.
Según remarcó la Dra. Crocenzi, la atención del paciente quemado está avanzando continuamente con el desarrollo de nuevos tratamientos: “la utilización de los recursos debe buscar un equilibrio entre el beneficio para el paciente y los costos del mismo, toda persona tiene derecho a disponer del mejor y más adecuado tratamiento disponible”.
Cinco etapas del tratamiento del paciente quemado
Lo primero que debe hacerse ante una quemadura es identificar rápidamente la gravedad del cuadro. Sobre este punto, el Dr. Cobos Maldonado remarcó que siempre es preferible que un profesional idóneo asista y evalúe al paciente tanto ante quemaduras leves como en las más graves: “Éstas se diferencian por la coloración que toma la herida. Si sólo presenta algún grado de enrojecimiento, seguramente sea una lesión más leve, pero si presenta ampollas o una coloración intensa, es factible que la quemadura sea severa”.
En todo paciente quemado, las primeras 24 horas tras el incidente marcan el pronóstico. Por eso es necesario realizar un adecuado diagnóstico de la profundidad de la quemadura (hasta dónde llega la lesión) y de su extensión (superficie corporal quemada). La gravedad está directamente relacionada con la temperatura y la duración de la exposición al agente que la causó.
Las cinco etapas son:
1. Salida del shock que produce el episodio. Demanda entre 48 y 72 horas según cada persona. Se suele sedar al paciente o inducirle el coma farmacológico para que no sienta dolor. Es necesario mantener la vía aérea permeable, reponer la pérdida de líquidos que ocasionó la injuria y calmar el dolor. Una vez que el paciente se estabiliza, el equipo médico realiza un diagnóstico certero.
2. La remoción del tejido necrosado (las células de la piel que son irrecuperables). Ésta es la instancia quirúrgica que se realiza con bisturí y que ahora puede complementarse o suplantarse (según el porcentaje de superficie afectada) mediante un procedimiento de debridación enzimática.
3. La reposición cutánea transitoria y definitiva con piel del paciente extraída de sus mejores zonas donantes. Si es mucha la superficie afectada, se hará en etapas y varias cirugías. En este campo, el futuro es muy promisorio, puesto que se espera que en los próximos años haya novedades en la producción de la propia piel del paciente a través de impresoras 3D.
4. El tratamiento de las secuelas, tanto funcionales (que impactan en el día a día de la persona) como estéticas (en zonas expuestas como el rostro o las manos). Aquí es fundamental la habilidad del cirujano para minimizarlas. Según el caso, puede demandar decenas de cirugías en el tiempo.
5. La rehabilitación, de la mano de fisioterapeuta y terapeutas ocupacionales, que comienzan a trabajar con el paciente desde el primer día, pero cuyos programas se intensifican en esta etapa.
Durante los últimos 50 años, la atención a pacientes quemados ha visto una importante mejora en la supervivencia después de la quemadura. La Dra. Crocenzi describió que, “en 1950, un hombre de 25 años de edad con una quemadura en el 45 por ciento de su superficie corporal tenía unas chances de sobrevida del 50 por ciento. En cambio, en la actualidad, llega a tener ese pronóstico inclusive un paciente con el 80 por ciento de su superficie corporal quemada”.
Las 5 causas más frecuentes de quemaduras son líquido caliente, fuego directo, electricidad de bajo voltaje, sustancias químicas y otras (arácnidos, aguas vivas, resinas, roce con alfombras, etc.). Los episodios más frecuentes siguen siendo el incendio hogareño y el accidente automovilístico seguido de incendio del vehículo.
Medidas de precaución necesarias:
• Los niños no deben estar en la cocina mientras el horno o las hornallas estén encendidas.
• La pirotecnia debe ser manipulada por adultos y comprarse en lugares habilitados.
• La conexión de artefactos eléctricos y a gas debe recibir mantenimiento con frecuencia.
• Deben respetarse siempre los procedimientos establecidos para prevenir accidentes en el trabajo.
¿Qué NO hacer ante una quemadura?
• NO aplicar ungüentos, manteca, hielo, medicamentos, cremas, aceites en aerosol ni ningún otro remedio casero en quemaduras graves.
• NO respirar, soplar ni toser sobre la quemadura.
• NO tocar ni remover la piel quemada ni las ampollas
• NO retirar la ropa que esté pegada a la piel
• NO administrar nada a la persona por vía oral si hay una quemadura grave.
• NO poner una quemadura grave en agua fría.
• NO coloque elementos debajo de la cabeza de la persona si hay sospechas de que ha inhalado humo o de que puede tener quemaduras en las vías respiratorias, porque esto puede contribuir a ocluirlas y así dificultar la respiración.
Dr. Alberto Bolgiani – MN Nº 49.745
• Médico especialista en quemados, Jefe de la Unidad de Quemados de la Fundación Benaim
• Ex Presidente de FELAQ 2011-2013 (Federación Latinoamericana de Quemaduras)
• Jefe del Centro de Excelencia para la Asistencia de Quemaduras del Hospital Alemán(C.E.P.A.Q.)
Dra. Anahí Crocenzi – MN Nº 85.062
• Cirujana Plástica especialista en Quemados
• Jefa de Unidad de Internación Adultos en el Hospital de Quemados
• Socia de la Asociación Argentina de Quemaduras
Dr. Martín Cobos Maldonado – MP Nº 3.304
• Jefe del Servicio de Cirugía Plástica y Quemados del Hospital ‘Marcial V. Quiroga’ de San Juan
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