De la redacción de tvsana

La próstata es un órgano que de acuerdo con la edad de las personas puede causar diversos tipos de enfermedades, todas tratables farmacológicamente o, en última instancia, dentro de un quirófano.

La próstata es un órgano glandular que forma parte del aparato reproductor de los hombres. Alcanza el tamaño de una nuez, aproximadamente, y se ubica enfrente del recto, y debajo de la vejiga urinaria, rodeando la uretra. La uretra cumple dos funciones: la primera, conducir la orina desde la vejiga al orinar; y la segunda, llevar el semen durante el orgasmo sexual o eyaculación. El semen, justamente, es una mezcla de esperma y un líquido producido en la próstata, mediante unas células. La glándula prostática, entre otras cosas, aporta ácido cítrico, esperma, zinc, magnesio y diversas enzimas.

Las hormonas masculinas estimulan la glándula prostática desde el desarrollo del feto. La próstata continúa su crecimiento hasta que el hombre alcanza la edad adulta y, esta, mantiene su tamaño mientras se producen las hormonas masculinas. Si las hormonas masculinas desaparecen, la glándula prostática no puede desarrollarse y reduce su tamaño, a veces hasta casi desaparecer.

¿Qué problemas trae la próstata? ¿Y a qué edad comienzan a manifestarse? No existe una edad específica, pero pueden tomarse los 50 años como referencia. En este sentido: en los hombres menores de 50, el problema más común de la próstata es el llamado prostatitis. Y en los mayores de 50, el inconveniente más habitual que se presente es el agrandamiento de esta glándula. Una afección conocida también con el nombre técnico de hiperplasia prostática benigna o BPH, de acuerdo con la sigla en inglés de Benign Prostatic Hyperplasia. Los hombres mayores también corren riesgo de desarrollar cáncer de próstata, pero esta enfermedad es mucho menos común que la BPH.

Prostatitis quiere decir posible inflamación o irritación de la próstata. Si una persona la padece, distinguiría uno o más de los siguientes síntomas: ardor al orinar, ganas de orinar con mayor frecuencia, fiebre o cansancio. Existen varios tipos de prostatitis, causados por bacterias (organismos diminutos que suelen causar infección o enfermedad). Si uno contrae prostatitis bacteriana, probablemente se observen bacterias en la muestra de orina, y en ese caso, la solución llegará mediante un antibiótico o medicamento recetado por el profesional a cargo.

El agrandamiento de la próstata o BPH es otra historia. Si una persona ya ha superado la barrera del medio siglo de vida, y comenzó a tener dificultad para orinar, esto puede deberse a un agrandamiento de la próstata. Y mientras crece, oprime la uretra. Como la orina pasa de la vejiga a través de la uretra, la presión causada por la próstata agrandada podría llegar a afectar el control de la vejiga. Los inconvenientes que se presentan son: la necesidad frecuente y urgente de hacer pis, incluyendo varias incursiones nocturnas al baño; la dificultad para iniciar el chorro de orina, por más urgencia que se sienta de llegar al baño, cuesta comenzar a orinar; el flujo de pis es débil y las cantidades, pequeñas; queda la sensación de tener que seguir haciendo pis, aunque haya terminado; y, por último, aparecen pequeñas gotas de sangre en la orina.

La cura a este mal está en los tratamientos farmacológicos, como primera medida. Y si estos no funcionan, queda la opción quirúrgica para tratar su agrandamiento y acabar con las molestas sensaciones y las excursiones nocturnas al baño.