Jóvenes a los 65: seguir activo, una opción que tiene cada vez más adeptos
Con mayor frecuencia se animan a enfrentar nuevos desafíos después de la jubilación; estudian una carrera universitaria, practican un deporte o, incluso, siguen trabajando
Mercedes Pardo eligió una curiosa manera de festejar sus 65 años. En noviembre pasado se inscribió y corrió el triatlón Ironman en Cozumel, México. Léase: nadó cuatro kilómetros, pedaleó otros 180 en su bicicleta y corrió 42 km. Todo, en un mismo día, con una marca de 15 horas. Y, como si no fuera bastante desafío, salió primera en su categoría: atrás quedaron las otras 30 mujeres de más de 65 años de todas partes del mundo que se habían anotado. «Ésta es la mejor manera que tengo para mantenerme joven. Tener siempre un proyecto, una meta, un objetivo. Ése es mi secreto», cuenta.
Su caso no es aislado. Las estadísticas nacionales, tanto los censos de población como la última Encuesta Permanente de Hogares (EPH), indican que en el país viven cada vez más personas que superan los 65 años. La población que pasó la edad jubilatoria hoy representa al 15% de la total: seis millones de personas. Y aunque se encuentran en una edad en la que el mandato laboral indica que entraron en una etapa pasiva, lo cierto es que son muchas las personas que siguen trabajando o en plena actividad. Desde los que se animan a armar un emprendimiento propio (olderpreneurs), los que empiezan una carrera universitaria hasta los que quieren aprender un idioma o comienzan a practicar un deporte a esa edad.
«Los sistemas previsionales fueron pensados para cuando nos moríamos entre los 60 y 70 años. Hoy, felizmente, eso ocurre entre los 80 y 90. Es decir, que nos quedó esta brecha entre la edad del retiro y el fin de la vida. Si se tiene en cuenta que se llega con mucha más vitalidad a esa edad, nos quedó una enorme vida posjubilatoria, de 30 años, vacía de actividades», explica Enrique Amadasi, doctor en Sociología y coordinador del Barómetro de las Personas Mayores, del Observatorio de la Deuda Social Argentina, de la Universidad Católica Argentina (UCA).
En un estudio que hizo la antropóloga de la Universidad de San Pablo, Brasil, Paula Pinto entre adultos mayores argentinos, se analizaron los procesos subjetivos que intervienen en el envejecimiento. Es decir, en la progresiva declinación de la independencia y de las facultades de una persona entre los 65 y 85 años. Más allá de las condiciones sociales, ¿qué hace que alguien de esta edad se sienta joven y con energía? En un estudio, impulsado por la empresa de cosmética Natura, la antropóloga encontró dos factores determinantes: los que se mantienen jóvenes a esta edad son los que logran mantener el buen humor y los que tienen proyectos propios, más allá de los hijos, los nietos o la pareja.
«Cuando se llega a los 65 años y uno se ve obligado a jubilarse, reina una sensación de que a uno le faltó tiempo para hacer cosas. Pero no hay suficientes oportunidades generacionales para gastar esas ganas», dice Amadasi.
El 25% de los adultos mayores, según los datos del Barómetro, que pertenecen a la clase media alta, tiene la posibilidad de canalizar esas ganas en viajes y en proyectos postergados. Sin embargo, cuando se acercan a los 70 años son muchos los que sienten la necesidad de volver al ámbito laboral, no por razones económicas, sino porque necesitan sentirse valorados. Tal como le ocurre al personaje que encarna Robert De Niro, en la película Pasante de moda. El film cuenta la historia de un hombre que una empresa tecnológica contrata como pasante senior sin saber que era el director de la compañía que funcionaba en el mismo edificio años atrás.
Algo así le sucedió a Juan Carlos Amoroso, que va a cumplir 66 años y es ingeniero en petróleo. Sigue trabajando en la empresa de toda la vida, aunque ahora como consultor externo. «A nuestra edad necesitamos sentir que en algún lado nos necesitan, que todavía somos útiles. Lo más importante es tener sueños y proyectos», cuenta. Él los tiene. Se puso a estudiar gastronomía. Ahora quiere especializarse en la elaboración de sushi.
Necesidades
Según explica Amadasi, esta condición de vitalidad pasados los 65 años y la necesidad de que la sociedad los necesite, se traduce en un gran potencial para el voluntariado de esta población. «Se deben crear oportunidades para que esto ocurra», indica.
Hoy, tres de cada cuatro adultos mayores, según el Barómetro, dicen que la primera carencia que padecen es la económica y la segunda, la falta de oportunidades recreativas para su edad. «Muchos se sienten desvalorados por la sociedad. Que no los tienen en cuenta», dice Amadasi.
Los especialistas insisten en tener un proyecto. «Que signifique para cada uno algo distinto. Ayudar a otros, empezar una carrera, ir a buscar al nieto. Lo relevante es que sea uno propio y no que la persona permanezca expectante para ver cómo encaja en la vida de los otros», apunta Amadasi.
lgo así como lo que hizo Mercedes Pardo al inscribirse a un triatlón Ironman. Claro que anunciar que iba a participar de semejante desafío le representó más de una discusión con su marido y sus tres hijos, de 30, 28 y 26 años. Todos tenían miedo. Le decían que era demasiado, que no iba a llegar, que no iba a aguantar. Después de todo hacía apenas tres años había aprendido a nadar. Pero Mercedes no les hizo caso. Estaba convencida de que ella podía. Y así, aunque empezó de grande a correr, sabía que la clave era perseverar en hacer aquello que le gustaba. Y lo consiguió. «Para mí, tener 65 años no significa nada. Estoy en plena actividad, hasta diría que es una de las mejores etapas de mi vida. No tengo miedo para empezar cosas nuevas. Y ahora tengo el tiempo para hacerlo. Y me siento feliz», señala.
Las estadísticas poblacionales indican que en América latina y sobre todo la Argentina, en las últimas décadas se ha producido un aceleramiento en el crecimiento de la población adulta de más de 65 años, principalmente de mujeres.
La situación en la Argentina
Diagnóstico argentino
Según la Cepal, la Argentina está entre los países del mundo que tienen un «envejecimiento avanzado»
Porcentaje de mayores
En 1960, los mayores de 65 años eran 1.155.000, el 5,6% de la población. Hoy en la ciudad de Buenos Aires son el 17%, más de 500.000
Estudiantes
Un estudio en 10 universidades muestra que unos 100.000 adultos mayores realizan capacitaciones, idiomas o talleres
Abogacía y trabajo social
Un estudio dirigido por José Yuni, investigador del Conicet, señala ambas disciplinas como las preferidas a la hora de estudiar una carrera universitaria
Nuevos intereses
Ese relevamiento determinó que un 76% descubrió que le interesaban temas que antes no atendía; un 80% dijo sentirse más vital y con ganas de vivir; un 79% dijo tener una imagen positiva de su persona
Fuente: La Nación
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