El  uso de las  dietas de muy bajo aporte calórico y glucídico,  y con un nivel adecuado de proteínas, puede ser un aporte efectivo para los pacientes con sobrepeso y obesidad, un problema que se ha convertido en epidemia a nivel mundial.

El problema del exceso de peso está adquiriendo las características de una auténtica epidemia a nivel mundial y constituye en la actualidad uno de los principales problemas de salud pública.

La prevalencia de otros factores de riesgo y estilos de vida no saludables, como la hiperlipemia (colesterol elevado) o la hipertensión arterial, han mostrado una clara necesidad de controlar el peso, sin embargo los índices de obesidad ascienden en forma alarmante. La obesidad  aumenta sustancialmente el riesgo de diabetes y de enfermedad cardiovascular, así como ciertos tipos de cáncer y otras enfermedades de alta prevalencia, convirtiéndola en la segunda causa de mortalidad prematura y evitable, después del tabaco.

Los objetivos del tratamiento se centran en mejorar o eliminar las comorbilidades, reducir el impacto general de las mismas y mejorar la calidad y esperanza de vida de los pacientes afectados. Varios estudios han demostrado que pérdidas sostenidas del 5 al 10 % del peso inicial son suficientes para ejercer un efecto beneficioso en la aparición y/o progresión de las enfermedades asociadas al sobrepeso y la obesidad.

El tratamiento dietético constituye el pilar fundamental de la terapia del paciente con exceso de peso. Sin embargo es conocida la baja adherencia a las dietas convencionales, justificada en parte por la falta de motivación que genera el descenso de peso muy paulatino.

En la actualidad, el uso de las llamadas dietas de muy bajo aporte calórico (VLCD por sus siglas en ingles) y muy bajo aporte glucídico (< 40 gr/día), y con un nivel adecuado de proteínas (entre 0,8 y 1,2 gramos de proteínas por kilogramo de peso ideal), dependiendo si es mujer o varón (dieta proteinada), puede ser un aporte efectivo para los pacientes con sobrepeso y obesidad, si son prescriptas y controladas por un profesional competente. De este modo, el paciente logra un descenso de peso más importante y rápido comparado con la dieta convencional de bajas calorías, según lo revela un estudio publicado en la revista científica europea Endocrine (Estudio Prokal) del mes de marzo de este año, llevado a cabo en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, en donde los pacientes perdieron una media de 14 kilos con esta dieta, versus 5 kilos con la dieta convencional, a los dos meses del estudio, siendo esta diferencia mayor al año de seguimiento de los mismos (19,9 kilos vs 7 kilos). Pero además, el 92,62 % del peso perdido por los pacientes que siguieron la dieta proteinada correspondió a grasa corporal (y sólo un 7,38 % a masa magra), cuando con la dieta hipocalórica, según se vio en el estudio, los pacientes pierden más de un 22 % de su masa muscular.

Si bien con estas dietas se baja de peso en forma rápida, es muy importante el control a largo plazo de los pacientes para evitar la recuperación del mismo y brindarle apoyo desde el punto de vista psicológico y de actividad física adecuada.

Dr. Alejandro García

Médico – Endocrinólogo Universitario

MN: 87061 – Asesor Pronokal

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