Hay un tipo de dolor de cabeza que aparece con la práctica de ejercicio físico o justo después. No es muy frecuente, suele tener un carácter benigno y generalmente termina desapareciendo con el tiempo, pero conviene conocer los signos de alerta que pueden indicar que se trata de un problema más grave y, sobre todo, las medidas que conviene adoptar para prevenirlo sin tener que renunciar al deporte.

La clasificación internacional de cefaleas de 2018 ha reconocido, según explica Sonia Quintas, neuróloga de la Unidad de Cefaleas del Hospital Universitario de La Princesa, de Madrid, la existencia de una cefalea por ejercicio físico. Es infrecuente en la población general (se estima que únicamente afecta al 1-2%), pero en algunas franjas de edad, como la adolescencia, puede llegar al 30%. Por otro lado, es “algo más frecuente en hombres”.

Este tipo de dolor de cabeza que solamente ocurre durante o tras el ejercicio físico puede durar hasta dos días. “El dolor es habitualmente bilateral y pulsátil (como un latido) y es también común que se asocie a náuseas y empeoramiento con sonidos o luces intensos”.

Julián Ruiz Baixauli, especialista en medicina interna del Hospital Vithas 9 de Octubre, de Valencia, señala que se desconocen las causas: “Hay sospechas de que se puede deber al cambio de presión, el balanceo del cuerpo, el retorno venoso… pero no existen conclusiones válidas”.

Esa cefalea estaría, por lo tanto, desencadenada primariamente por el deporte. Concha Pérez, portavoz de la Sociedad Española del Dolor (SED), explica que también puede desarrollarse dolor de cabeza “secundariamente en el caso de una sinusitis, de una lesión intracerebral (tumor cerebral, sangrado…) o una cefalea tensional”. Puntualiza que solo “en casos muy excepcionales puede estar ligada a una patología grave intracerebral”, pero aconseja consultar al médico “ante cualquier cefalea de reciente comienzo”.

La clave para determinar que se trata de un dolor de cabeza primario y no debido a otras patologías está, según Quintas, en que “no se vincule a otro tipo de síntomas y no pueda explicarse mejor por otra causa”. Se estima que “hasta el 20% de las cefaleas por ejercicio físico son secundarias a diversas patologías, tanto neurológicas como no neurológicas (picos hipertensivos, alteraciones del ritmo cardiaco…)”.

Por otro lado, el ejercicio puede agudizar un dolor de cabeza ya existente. Según la neuróloga, hay “muchos tipos de cefalea que pueden empeorar durante la práctica de ejercicio, e incluso en algunos de ellos, como la migraña, se considera la actividad física como uno de  los desencadenantes típicos de una crisis de dolor”.

Signos de alarma

Hay varias señales de alerta a las que conviene prestar atención cuando surge un dolor de cabeza asociado al ejercicio físico. Según Ruiz Baixauli, “además de su origen súbito, los siguientes síntomas deben funcionar como signos de alarma”:

  • Vómito.
     
  • Dolor intenso.
     
  • Visión borrosa.
     
  • Pérdida de sensibilidad en alguna parte del cuerpo.

Ante estos signos, hay pruebas de radiodiagnóstico que permiten descartar patologías graves como aneurismas, alteraciones congénitas, tumores o procesos hemorrágicos.

Medidas preventivas y terapéuticas

El dolor de cabeza desencadenado por el deporte es más frecuente en personas que viven en lugares altos, cálidos, con mucha humedad… De ahí que evitar esos ambientes sea, precisamente, el mejor modo de prevenir su aparición. “Tanto en cefalea primaria asociada al esfuerzo físico como en el resto de cefaleas que empeoran o se desencadenan con el ejercicio físico, se postula que realizar deporte en ambientes calurosos, de gran humedad o con una altitud elevada hacen más probable su aparición”, resume Quintas, quien también advierte de la conveniencia de no “realizar ejercicio físico en situaciones de hipoglucemia o tras la ingesta de alcohol y cafeína”.

En lo que se refiere a la hipoglucemia, Pérez comenta que para iniciar la práctica de actividad con unos niveles adecuados de azúcar en sangre lo ideal es “haber comido una hora y media antes”. Añade que también hay que comenzar “con buena hidratación, es decir, beber antes, durante y después del ejercicio”. Finalmente, se recomienda hacer ejercicio “progresivamente y que la ropa sea adecuada: que sea cómoda y que transpire”.

En cuanto a las medidas quna vez que ha aparecido el dolor, Quintas expone que la cefalea primaria por ejercicio físico “se considera un trastorno episódico que tiende a autolimitarse en menos de seis meses. Por ello, en un alto porcentaje de pacientes, en los que la cefalea no es invalidante, puede ser suficiente con moderar el ejercicio o hacer un calentamiento previo, con el objetivo de evitar que se produzca un aumento excesivo de la frecuencia cardiaca”.

Lo habitual es que este tipo de dolor “remita con analgésicos convencionales o antiinflamatorios no esteroideos (AINE), y solo en un pequeño porcentaje de pacientes (menos del 15%) se considera indicada la prescripción de tratamiento farmacológico preventivo antes de la realización de deporte”.

Fuente:
https://cuidateplus.marca.com/ejercicio-fisico/2019/09/26/duele-cabeza-ejercicio-como-evitarlo-170953.html

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