Un estudio propone una inusual estrategia para mejorar la memoria sustancialmente.
El cerebro es todavía un órgano misterioso y complejo. Oculta celosamente sus más profundos secretos. Y si bien la ciencia ha logrado avances significativos, el camino para comprender sus funciones – un camino extenso, lleno de obstáculos-, no se ha recorrido enteramente, y quizás, aunque con algo de pesimismo, es cierto, nunca se complete. Aún así, los pequeños (que en realidad son inmensos dentro de ese contexto turbio) progresos científicos pueden llegar a lograr grandes beneficios.
La memoria, tan importante como esquiva, es tal vez uno de los mayores enigmas del cerebro. No importa la capacidad intelectual con que se cuente, la memoria falla más de lo necesario, y eso parece estar fuera de nuestro control. En palabras del genial Jorge Luis Borges: “Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos”.
¿Pero realmente está fuera de nuestro control?
Investigadores de la Universidad de Waterloo, en Canadá, creen que no, que la memoria puede manejarse y mejorarse, y para eso realizaron un estudio donde comprobaron empíricamente que una “sencilla” técnica puede ayudar a recordar las cosas de manera más eficaz: dibujar.
En el estudio, publicado en la última edición de la revista científica The Quarterly Journal of Experimental Psychology, los científicos probaron que dibujar las palabras o conceptos podría mejorar la memoria de manera significativa.
“Al hacer dibujos de la información que se necesita recordar se refuerza la memoria y es mucho más fácil recordar después. En el artículo publicado en The Quarterly Journal of Experimental Psychology se analizaron varios métodos de recordación y hacer dibujos fue el que mejor funcionó, tal vez porque ayuda a formar una memoria más cohesionada que integra información visual, motriz y semántica”, explica el neurólogo Roberto Giménez.
Para el trabajo, los investigadores les mostraron 80 palabras simples (como manzana y naranja) a estudiantes, y luego tenían 40 segundos por cada palabra para dibujarla o escribirla repetidamente. Más tarde a los participantes se les ofreció hacer una prueba de memoria sin que lo supieran anteriormente. Asimismo, fue revelado que los estudiantes que dibujaron las palabras eran capaces de recordar el doble de palabras que quienes las habían escrito.
Los investigadores creen que el proceso de dibujar tiene este efecto, ya que implica una gran cantidad de diferentes procesos mentales que mejoran la memoria (como la visualización y reflexión a nivel profundo). “Creemos que el dibujo, a través de la integración de sus partes constituyentes, produce un efecto sinérgico”, afirma el líder del grupo de trabajo, el psicólogo Jeffrey Wammes. “El efecto de dibujar funciona durante las pruebas en grupo”, agregó Wammes.
“Hemos observado una ventaja significativa de recordatorio para las palabras que se dibujaban en comparación con aquellos que fueron escritas. A menudo los participantes recordaron más del doble de las palabras extraídas”, cerró Wammes.
Fuente: Time Magazine
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