«Todo el mundo tiene un Everest por escalar», dice Josu Feijoo, alpinista diabético que lo ha subido en 26 ocasiones y que lidera la primera expedición internacional de mujeres con diabetes que esta tarde ha partido hacia Katmandú (Nepal) para escalar el Everest. Maitane García, Leyre Arana, Andrea de Mata y Loinaz Pérez tratarán de superarse a sí mismas pero, sobre todo, de demostrar que la diabetes no es ni debe de ser un impedimento ante nada.
«Es una oportunidad y un reto que en mi vida me hubiese imaginado. Estoy ilusionada y nerviosa y lo hago para demostrarme que puedo hacer cualquier cosa y, si puede servir a animar a alguien, mejor. No hay nada que haya querido hacer y no haya podido por la diabetes. Y a las mujeres, además, no se nos dan las mismas oportunidades y tenemos que tener la relevancia que nos merecemos», dijo Leyre durante la presentación del reto en el Consejo Superior de Deportes.
Porque uno de los objetivos de esta expedición es la desmitificación social de los diabéticos como personas con una enfermedad discapacitante o inhabilitante, pero también lo es combatir la desigualdad de género y conseguir la integración social de la mujer.«La diabetes es una patología que afecta a millones y millones de personas en el mundo entero. Ha habido expediciones masculinas o mixtas, pero nunca una íntegra femenina. Para mí, el reto es que ellas lideren un grupo que pueda ser de ahora en adelante un referente a nivel internacional», dijo Feijoo. «Yo estaré para asesorarlas pero como gestión de grupo porque la expedición es femenina y ellas son las protagonistas», insiste.
Desde Katmandú, recorrerán durante 12 días los valles que separan Lukla (2.804 m) del Campo base del Everest, a 5.365 m. «Vamos a intentar subir un poco más, al Kala Patthar, a 6.000 metros», confesaba Feijoo. Fue la Federación Española de Diabetes quien hizo el ‘casting’ para seleccionar a las chicas que harían este reto. No buscaban a montañeras profesionales y trabajaron con un psicólogo deportivo -Javier Lezcano, que es el psicólogo de la Federación Española de kárate- quien tuvo charlas con ellas para buscar sus puntos débiles. Todas han seguido un entrenamiento y preparación previas.
Un proyecto solidario
El proyecto debía de haberse llevado a cabo en 2015 pero lo impidió el terrible terremoto que devastó Nepal con casi 9.000 víctimas mortales, 22.000 heridos y cuantiosos daños materiales. Lo llevarán a cabo con dos sherpas de la zona y el proyecto tiene también un componente educativo y solidario. Darán una charla educativa en el Hospital Kunde (a 4.100 metros de altura), fundado por Sir Edmund Hillary y que atiende a niños de los sherpas.
«En el trayecto pasamos por muchas aldeas sherpas sin recursos. Nosotros llevamos sensores de glucosa y para ellos somos como ciencia ficción, siguen pinchándose en las manos», explica Feijoo. En el caso de Maitane, que es monitora de diabetes y da talleres a niños, hace hincapié en la importancia de la educación. «Si has recibido una buena educación en diabetes, puedes hacer cualquier cosa. Conoces tu cuerpo y conoces la medicación. Es prueba y error. Sin tanta pedagogía se ven limitadas y les veo enfermos porque tienen una barrera que nosotras no tenemos. En los pueblos y hospitales daremos charlas pero también llevaremos material sanitario», explica la joven vasca, que es diabética desde los 10 años.
«Nuestro gran objetivo es que las diabéticas salgan de su zona de comfort por las hipoglucemias o hiperglucemias imprevistas y se den cuenta de que con un buen control todo se puede hacer», insiste Feijoo. «El factor altura (en la subida al Everest) no le influye a un diabético de forma diferente a un no diabético. Lo que está claro es que con cualquier esfuerzo físico como 1,5 km de cuesta y comiendo lo mismo que una persona que no la padece, estamos sujetos a tener una hipoglucemia. Una persona sin diabetes puede llegar cansado o con una pájara pero nada más. Pero si te pega un bajón de glucosa es como si a un coche le quitas la gasolina. El reto es que los diabéticos empiecen a perderle el miedo a las hipotéticas hipogluciemase hiperglucemias. Con los nuevos sensores que llevamos de glucosa te dicen en tiempo real cómo estás, añade.
Por su parte, Mercedes Maderuelo, gerente de la Federación Española de la Diabetes insistía en la importancia de la normalización: «El reto Everest va a contribuir a darles visibilidad. Las protagonistas son ellas. Está en la línea de nuestro objetivo de la normalización de la patología. Es un proyecto de gran envergadura que va a marcar un antes y un después porque es pionero y va a contribuir a romper muchas barreras sociales. Todavía vivimos en una sociedad anclada en el pasado con falsos estigmas respecto a la diabetes». Susana Pérez Amor, subdirectora del programa Universo Mujer del CSD, les mostró el apoyo del Consejo y les deseó suerte. «Sois mujeres valientes y atrevidas que demostráis que las mujeres somos capaces de alcanzar lo que nos propongamos. El deporte es mucho más que ganar medallas y subir a podios. Desde Universo Mujer domentamos el deporte fememino, el liderazgo y la transmisión de los valores a través del deporte. Os vais a convertir en referencias de hombres y mujeres. Esperamos conseguir entre todos una sociedad mejor a través del deporte», dijo
fuente: marca
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