El cáncer de piel es la forma de cáncer mas frecuente y en los últimos años ha aumentado más que cualquier otro en todo el mundo. Si bien es más frecuente después de los 50 años, actualmente se detecta en personas cada vez más jóvenes. Incluso los niños pueden tener, aunque afortunadamente es excepcional.

El cáncer de piel se debe a:

Predisposición genética
Factores ambientales: el más importante es la exposición indiscriminada a los rayos ultravioleta (RUV), tanto de fuentes naturales como el sol, como de fuentes artificiales como las camas solares.

En realidad el cáncer de piel no es uno solo, sino que existen muchas variedades. Los más frecuentes son:

Carcinoma (o epitelioma) basocelular. Afecta a 1 de cada 3 personas de raza blanca: un porcentaje altísimo.
Carcinoma (o epitelioma) espinocelular. Representa entre el 15 y 20% de los casos.
Melanoma. Si bien representa solo el 10%, es el causante del 75% de la mortalidad.
El carcinoma espinocelular (CEC) y el melanoma son de mayor gravedad, y en estados avanzados pueden comprometer la vida del paciente. Este último solo puede ser curado en etapas muy iniciales y una vez que se disemina lleva a la muerte a corto o mediano plazo.

Las personas que han tenido alguna forma de cáncer de piel, tienen mayores posibilidades de tenerlo nuevamente, por lo que tienen que hacerse controles dermatológicos más frecuentemente. Para la población general, la frecuencia recomendada es una vez al año.

Comprometidos con la campaña de Prevención del Cáncer de Piel, queremos hacer hincapié en terminar con algunos de los principales mitos a la hora de tomar sol.

LOS 11 MITOS
1
“El sol de la mañana temprano y de la tarde (después de las 16 hs) es completamente seguro y en esas horas no necesito ponerme protector solar”
No es así. Los rayos ultravioletas (RUV) principales son los VVA y los UVB. Los UVB son mas altos entre las 10 y las 16 hs, en cambio los UVA (que no se sienten tanto porque no dan tanto calor ni enrojecen tanto la piel), están presentes por igual desde que amanece hasta que oscurece. Estos RUV también pueden estimular la formación de cáncer y además son los principales responsables del envejecimiento de la piel.
2
“Si está nublado hay menos rayos ultravioletas”
Según la densidad de las nubes, pasa entre el 50 y el 85% de la radiación ultravioleta. Si esta nublado, hay que protegerse igual.
3
“En la sombra estoy protegido”
Depende del tipo de sombra. Por ejemplo: no es lo mismo estar debajo de un árbol frondoso que de uno pequeño y no es lo mismo cerca del tronco que mas alejado. En la mayoría de los casos, a la sombra hay un 50% de la radiación ultravioleta.
4
“No me pongo protector después de meterme al mar o la pileta, porque el producto que compré es resistente al agua”
La resistencia al agua está calculada para un baño corto, en agua dulce. Si el baño es muy prolongado, o es en agua de mar, la fricción de la sal y la arena remueven una parte importante del protector, por lo que hay que volver a colocarse al salir. Siempre hay que hacerlo con la piel seca.
5
“Al principio del verano o de las vacaciones uso un protector alto y después voy bajando”
¡Error! La capacidad de protección del bronceado, por más que sea intenso, equivale a tener puesto un protector solar 4, es decir, casi nada. Hay que usar protección mayor de 30 todo el tiempo.
6
“Como tomo sol todo el día, el protector me lo pongo a la mañana”
Hay que tener cuidado con este tema. A las 2 o 3 horas de aplicar el protector, sea la marca que sea, pierde parte de su eficacia, por lo que hay que reaplicarlo.
7
“Me pongo protector alto en la cara y mas bajo en el cuerpo”
Otro error frecuente. Lo único que voy a lograr es cuidar mejor mi cara y dejar que el resto de mi piel sufra las consecuencias.
8
“Me protejo la cabeza con gorra”
Cuidado. La gorra con visera solo protege el cuero cabelludo y la frente. Para proteger el resto de la cara y las orejas hay que usar sombrero con ala de por lo menos 7 cm.
9
“Es mejor llegar con color al verano, tomando sol todos los días, varios meses antes”
Falso, ya que la exposición continua, por ejemplo, tomar un rato de sol todos los días desde septiembre hasta marzo, aumenta la incidencia de CBC y CEC.
10
“Si me pongo pantalla solar no me bronceo”
Primero, un protector solar no es una “pantalla”. Es decir que no filtra el 100% de los RUV, por lo que no estamos totalmente protegidos. Además, el bronceado es la formación de “melanina”, un pigmento que se deposita arriba de las células de la piel para proteger al ADN de sufrir más daño. Por lo tanto, el bronceado no es un signo de salud de la piel sino una respuesta al daño celular.
11
“La cama solar es más segura. Yo tomo cama solar para llegar mas protegido al verano”
¡Falso! Las “camas solares” son dispositivos de emisión de rayos (RUV). Inicialmente se diseñaron, pensando que los UVA (que son los principales rayos que emiten), además de producir bronceado sin enrojecimiento, eran más seguros. Con el tiempo, se descubrió que también producen aumento significativo del cáncer de piel, además de ser los principales responsables del envejecimiento de la piel. Desde el 2010, son consideradas cancerígenas por la OMS. Se estima que más de 10 sesiones aumenta el riesgo.
Con todo esto no estamos diciendo que estar al sol es nocivo para la salud. Sólo lo es cuando estamos por tiempo prolongado, sin los recaudos necesarios. Se puede disfrutar del aire libre, simplemente tomando las medidas necesarias.

FUENTE: Hospital alemán

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