Qué es

El cáncer de piel no melanoma es el tipo más común de cáncer de piel. Se le llama no melanoma, porque este grupo de tumores comprende todos los tipos de cáncer de la piel, excepto uno: El melanoma maligno, que es el cáncer que se desarrolla a partir de los melanocitos.

Factores como el deterioro de la capa de ozono o la falta de prevención diaria propician la aparición de nuevos casos.

Causas

La predisposición genética es la causa principal de la aparición del cáncer de piel, aunque existen otros factores bien identificados que también intervienen, como la radiación ultravioleta, algunos agentes químicos, las infecciones por el virus del papiloma humano e incluso inmunodepresión. “Los pacientes trasplantados tienen una mayor incidencia de cáncer cutáneo que la población normal”, indica.

Las causas más frecuentes son:

La exposición excesiva a la radiación ultravioleta (UV), cuya principal fuente es la luz solar. El grado de exposición a esta radiación depende de la intensidad de la luz, del tiempo de exposición y de si la piel ha estado protegida.Las personas que viven en áreas donde están expuestas todo el año a una luz solar intensa tienen mayor riesgo de desarrollar este tipo de cáncer. Además, estar largo tiempo a la intemperie por motivos de trabajo u ocio sin protegerse con ropas adecuadas y protección solar incrementa la posibilidad de desarrollarlo.

Las lámparas y cabinas bronceadoras son otras fuentes de radiación ultravioleta que pueden aumentar el riesgo de desarrollar un cáncer de la piel no melanoma.

La exposición a ciertos productos químicos como el arsénico, la brea industrial, la hulla, la parafina y ciertos tipos de aceites.

La exposición a la radiación, como la producida por la radioterapia.

Las lesiones o inflamaciones graves o prolongadas de la piel, como pueden ser las quemaduras graves, la piel que recubre el área donde se produjo una infección ósea grave y la piel dañada por ciertas enfermedades inflamatorias.

El tratamiento de la psoriasis con psoralenos y luz ultravioleta administrados a algunos pacientes con psoriasis.

El xeroderma pigmentoso, una patología hereditaria muy poco frecuente, reduce la capacidad de la piel para reparar los daños que sufre el ADN como consecuencia de la exposición a la luz solar. Las personas que tienen este trastorno desarrollan un gran número de tumores de la piel, a veces desde la infancia.

El síndrome del nevus de células basales es una condición congénita poco frecuente, que ocasiona múltiples tumores malignos de células basales (basaliomas). La mayoría de los casos, aunque no todos, son hereditarios.

Síntomas

El cáncer de la piel no melanoma puede tener el aspecto de diversas marcas en la piel. Las señales de aviso principales son la aparición de una nueva masa, una mancha o protuberancia que esté creciendo (en el transcurso de unos meses o de uno a dos años), o bien una úlcera que no sane en un plazo de tres meses.

“Los síntomas de este cáncer son muy variables. Encontramos desde quistes de crecimiento progresivo, úlceras que no curan, cicatrices que crecen, excrecencias córneas (cuerno cutáneo) y especialmente lunares que cambian de forma o empiezan a presentar molestias como dolor, picor, sangrado, etc.”, explica el dermatólogo José Carlos Moreno.

Los más comunes son:

Los carcinomas de células basales aparecen en un área tanto plana, como escamosa que adquiere un color rojizo, o en pequeñas áreas cerosas, brillantes y translúcidas al relieve, que pueden sangrar con una lesión menor. Es estas áreas es frecuente identificar uno o más vasos sanguíneos irregulares visibles, o mostrar áreas de color azul, café o negro.

Los carcinomas de células escamosas pueden aparecer en forma de protuberancias crecientes, a menudo de superficie áspera, o planas como manchas rojizas de la piel que crecen lentamente. Estos dos tipos de cáncer de la piel no melanoma pueden desarrollarse en una superficie plana que sólo muestra leves cambios con respecto a la piel normal.

El sarcoma de Kaposi suele empezar en una pequeña área similar que adquiere un color morado que se convierte en un tumor.

La micosis fungoide empieza como una erupción, a menudo en los glúteos, las caderas o la parte inferior del abdomen. Puede parecer una alergia de la piel u otro tipo de irritación de la misma.

Los tumores de los anexos se presentan como protuberancias dentro de la piel.

Los sarcomas de la piel se manifiestan como grandes masas debajo de la superficie de la misma. Los tumores de células de Merkel suelen aparecer en forma de nódulos de color rojo púrpura o de úlceras (llagas) localizadas en la cara, o, con menos frecuencia, en los brazos o las piernas.
Prevención
La forma más importante de reducir el riesgo de desarrollar un cáncer de la piel no melanoma es evitar exponerse sin protección a los rayos solares y a otras fuentes de luz ultravioleta.

La manera más sencilla de evitar la exposición excesiva a la luz ultravioleta es mantenerse alejado del sol y a la sombra siempre que sea posible. Esto se puede aplicar tanto en periodos veraniegos como el resto del año, ya que efectos del clima, como la nubosidad o la nieve, no reducen la incidencia de la radiación solar por completo.

Es importante que esta precaución se tenga desde la infancia, pues se ha demostrado que el 80 por ciento de los daños que el sol puede causar en la piel ocurren antes de cumplir los 18 años.

Algunas recomendaciones para prevenir la aparición de este tipo de cáncer son:

Protegerse con ropa

Vestir con camisa y un sombrero de ala ancha permite aumentar la protección frente a la radiación solar. Por lo general, las telas de tejido apretado ofrecen también mejor protección.

Respecto a las gafas de sol, los expertos recomiendan utilizar aquellas que tienen un porcentaje de absorción de rayos ultravioleta de un 99 a un cien por cien, ya que permite proteger de forma adecuada los ojos y el área de piel alrededor de los mismos.

Por otro lado, los especialistas recomiendan cubrir las zonas más sensibles que están expuestas a los rayos solares durante todo el año. El 85 por ciento de los tumores malignos aparece en la cara, el escote y el cuero cabelludo.

Cremas de protección solar

Utilizar siembre una crema de protección de factor 15 o más en las áreas de piel expuestas al sol, particularmente cuando la luz es intensa. Las personas de piel clara y las que se queman con facilidad deben aplicar la loción antisolar con mayor frecuencia

Para que la protección sea eficaz, la protección debe aplicarse antes de la exposición al sol y en todas las áreas de la piel visibles. Muchas lociones antisolares pierden eficacia cuando la persona suda o nada y deben aplicarse de nuevo para que ofrezcan el máximo nivel de protección.

Los expertos insisten que la crema debe aplicarse aunque el día esté brumoso o el cielo esté cubierto de nubes ligeras o poco compactas, ya que la luz ultravioleta puede atravesarlas.

No utilizar cabinas bronceadoras

La exposición excesiva a la luz ultravioleta puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de la piel, ya que contribuye al envejecimiento cutáneo. Por este motivo los dermatólogos desaconsejan su utilización

Tratamientos

La extirpación es el tratamiento más común de este tipo de lesiones, que puede completarse con la llamada cirugía de Mohs dependiendo de la localización o si la mancha tiene un tamaño considerable.

La escisión simple consiste en la extirpación del tumor y parte del tejido que lo rodea.

Cirugía de Mohs: Se elimina la capa de la piel afectada por el cáncer y posteriormente, el médico extrae el tejido que rodea la zona comparando ambos en el microscopio.

Criocirugía: Mediante nitrógeno líquido se congelan y destruyen las células cancerosas.

Cirugía láser: Se utiliza en carcinomas muy superficiales sobre los que se aplica el rayo láser para vaporizar las células cancerosas.

Electrodesecación: el tumor se extrae raspando el tejido, y después se trata la zona donde se encontraba la mancha con una aguja eléctrica para destruir las células cancerosas que queden.

Quimioterapia: El medicamento que más frecuentemente se utiliza es el fluorouracilo, que usado de forma tópica llega a las células más cercanas de la superficie de la piel, por lo que se utilizará sólo en patologías premalignas. Este medicamento enrojece la zona donde se aplica y la hace más sensible al sol, por lo que es aconsejable que la zona esté bien protegida.

Radioterapia: Consiste en el empleo de radiación para destruir las células cancerosas. El tratamiento dura unos minutos y no es doloroso.
Se utiliza en aquellos pacientes que no pueden someterse a cirugía, como personas de edad muy avanzada. Este tratamiento puede curar aquellos tipos de cáncer que se encuentren en estadios bajos. También puede utilizarse como complemento a la cirugía.

Otros datos

Pronóstico

El cáncer de piel no melanoma resulta curable en el 90 por ciento de los casos si se realiza un tratamiento temprano, según los datos de la Asociación Española Contra el Cáncer. Sin embargo, hay altas probabilidades de que vuelva a aparecer con el tiempo, por lo que es recomendable someterse a exámenes médicos con regularidad para poder tratarlo de nuevo.

¿Cuándo debe acudir el paciente al especialista?

Según Moreno, el momento en el que los pacientes deben acudir al especialista para realizar una consulta es “ante cualquier duda que no pueda resolver su médico de primaria”.

fuente: https://cuidateplus.marca.com

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