Los pacientes con diabetes corren mayores riesgos de contraerla y de que las consecuencias resulten fatales.

De la Redacción de TV Sana

La septicemia es una enfermedad provocada por la presencia de bacterias en la sangre. Esta afección, también conocida como “sepsis” es una infección grave y potencialmente mortal, ya que avanza y empeora de forma muy rápida. ¿Por qué? Porque el sistema inmunológico está debilitado por la enfermedad. Un germen patógeno, ya sea bacterias, virus, parásitos u hongos, ingresa a una zona del cuerpo determinada y se dirige hacia todos los órganos por intermedio del flujo sanguíneo. Es una de las complicaciones que puede sufrir una persona con diabetes.

De todas maneras, se trata de una complicación en la salud de una persona que puede prevenirse. Para ello, el paciente debe seguir las siguientes recomendaciones:

-Mantener un buen control metabólico, es decir tener controlada la glucosa.

-Mantener la presión arterial en niveles normales.

-Disminuir la acumulación de distintas grasas o líquidos en la sangre.

-Controlarse periódicamente los pies, con la finalidad de evitar úlceras.

-Ser extremadamente pulcro y exigente en el aseo personal, sobre todo si se porta algún catéter o sonda.

-Completar los tratamientos respectivos si se padece alguna infección respiratoria o urinaria, por leve que esta sea.

En caso de padecer una infección generalizada, se hace imperiosa la intervención con antibióticos potentes, para de este modo controlar la infección. También es de vital importancia, contar con el respaldo médico adecuado y en un hospital. En esa situación, una falla orgánica múltiple sumada a la mala utilización del oxígeno a nivel de los tejidos, conducen a la destrucción celular, y por lo tanto, a la muerte del individuo.

La diabetes está estrechamente vinculada a un estilo de vida caracterizado por el sedentarismo, el sobrepeso y la mala alimentación. La actividad física y una alimentación sana y balanceada, son prácticas recomendadas por los médicos especialistas para prevenir la diabetes. Y así, cerrarle muchas puertas al ingreso de bacterias en el cuerpo humano: las que provocan septicemia.