Esta enfermedad crónica puede producir serios inconvenientes en el normal funcionamiento del organismo si no es tratada a tiempo. Existen tratamientos con métodos tradicionales y las terapias biológicas, más sofisticadas y costosas, con diferentes mecanismos de acción.

La artritis reumatoidea es una enfermedad crónica del sistema inmunológico, que comienza con la inflamación de las articulaciones y de los tejidos circundantes. Causa distintos síntomas, como dolor, hinchazón, cansancio, debilidad y rigidez, sobre todo por la mañana; puede afectar otros órganos y derivar en la pérdida de funciones y ocasionar un daño permanente en las articulaciones. Las muñecas, las rodillas, los dedos de las manos y los tobillos son los que resultan afectados con mayor frecuencia. Otros signos pueden ser: dolor torácico al respirar (pleuresía), resequedad en los ojos y en la boca, ardor y secreción del ojo, formación de nódulos bajo la piel, entumecimiento, hormigueo o ardor en las manos y los pies y dificultad para dormir.

Tampoco existen exámenes o test que aseguren si una persona padece artritis reumatoidea o está libre de ella. Es la suma del interrogatorio, el examen físico y los analisis los que van a determinar el diagnóstico. Un diagnóstico y tratamiento adecuado, les permite a los pacientes manejar sus síntomas, mejorar la función física y ayudar a detener el daño progresivo.

La medicina actual desconoce la razón que produce este mal. Se estima que las  infecciones, los genes y las hormonas están vinculadas con este tipo de artritis. Y sí se sabe, con certeza, que se trata de una enfermedad autoinmunitaria, es decir que el sistema inmunitario del cuerpo ataca por error al tejido sano. La artritis reumatoidea no aparece en determinado momento de la vida, no hay límites de edad para contraerla, sin embargo, es más común en mujeres que en hombres y principalmente, en mujeres de mediana edad.

En su tratamiento, en los casos que no respondan a los medicamentos de primera línea, juegan un papel determinante las terapias biológicas. Terapias más sofisticadas que los medicamentos tradicionales, en las cuales se utilizan fármacos que son fabricados a través de seres vivos y que son modificadores de la artritis reumatoidea, diseñados para prevenir o reducir la inflamación provocada. Sus mecanismos de acción se centran en la modulación de células del propio sistema inmune y de las articulaciones, o en el bloqueo de mediadores inflamatorios nocivos que provocan la destrucción articular. Se distinguen varios tipos de terapias biológicas, las que dependen del tipo de molécula a neutralizar o bloquear. Los más conocidos y utilizados son los agentes biológicos que neutralizan al factor de necrosis tumoral.

Consulta con tu especialista en reumatología que estará al tanto de las últimas novedades, ya que es un campo de la medicina que avanzo en gran escala en los últimos tiempos.

De la redacción de tvsana